Homenaje
Uno tiene pocas oportunidades en la vida para homenajear o ser homenajeado.
Uno tiene pocas oportunidades en la vida para homenajear o ser homenajeado.
Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Clito Ruiz y Picasso (Pablo Picasso).
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda).
Read more →«Mi gato es tan amable que me deja vivir con él. Es una verdadera bendición tenerlo en mi vida. Me encanta cómo me mira con esos ojos fríos y calculadores, como si estuviera planeando algo malvado, como mi marido . Me encanta cómo se me acerca cuando quiere algo, como mi marido , cual si fuera un rey y yo su súbdita.
A veces me pregunto si mi gato está tratando de enseñarme algo. Tal vez está tratando de enseñarme a ser más independiente, a no depender tanto de los demás. O tal vez está tratando de enseñarme a ser más astuta a planear mis movimientos con anticipación.
Pero enseguida me doy cuenta de que mi gato no está tratando de enseñarme nada, simplemente está disfrutando de su vida como rey del mundo , mientras yo hago todo el trabajo sucio. El sabe que puede contar conmigo para alimentarlo, acariciarlo y limpiar su arenero.
Y yo estoy feliz de hacerlo, porque sé que nunca encontraré un compañero más leal y amoroso que mi gato. El es el mejor amigo que cualquier persona podría pedir, siempre y cuando le des lo que quiere. Como mi marido
Mi gato y mi marido se llaman igual: Carmelo . ¡Aún no sé por qué !
«Mi gata es tan amable que me deja vivir con ella. Es una verdadera bendición tenerla en mi vida. Me encanta cómo me mira con esos ojos fríos y calculadores, como si estuviera planeando algo malvado, como mi mujer. Me encanta cómo se me acerca cuando quiere algo, como mi mujer, cual si fuera una reina y yo su súbdito.
A veces me pregunto si mi gata está tratando de enseñarme algo. Tal vez está tratando de enseñarme a ser más independiente, a no depender tanto de los demás. O tal vez está tratando de enseñarme a ser más astuto, a planear mis movimientos con anticipación.
Pero enseguida me doy cuenta de que mi gata no está tratando de enseñarme nada, simplemente está disfrutando de su vida como reina del mundo , mientras yo hago todo el trabajo sucio. Ella sabe que puede contar conmigo para alimentarla, acariciarla y limpiar su arenero.
Y yo estoy feliz de hacerlo, porque sé que nunca encontraré una compañera más leal y amorosa que mi gata. Ella es la mejor amiga que cualquier persona podría pedir, siempre y cuando le des lo que quiere. Como mi mujer.
Mi gata y mi mujer se llaman igual: Carmen. ¡Aún no sé por qué !
La historia del monasterio del Palancar es muy interesante y curiosa. Se trata del convento cristiano más pequeño del mundo, con apenas 72 metros cuadrados¹. Fue fundado en 1557 por San Pedro de Alcántara, un fraile franciscano que buscaba la máxima pobreza y austeridad¹². El monasterio se encuentra en el municipio de Pedroso de Acim, en la provincia de Cáceres, Extremadura¹⁵.
Read more →Mi mujer se queja porque arrastro los pies al andar. Eso también se lo decía mi madre a mi padre. Afirma que es una falta de respeto, una señal de pereza, una manía insoportable. Que debería levantar los pies, que debería caminar con energía, que debería cuidar mi postura. Y yo no lo entiendo. ¿Qué tiene de malo arrastrar los pies? ¿Qué daño le hago a nadie? ¿No es una forma de ahorrar esfuerzo?.
Se queja por todo. Porque arrastro los pies por la casa, porque arrastro los pies por la calle, porque arrastro los pies por el trabajo, porque arrastro los pies por el supermercado, porque arrastro los pies por el cine, porque arrastro los pies por el restaurante, porque arrastro los pies por el parque, porque arrastro los pies por la cama… Y yo no me quejo. Yo acepto sus defectos, sus caprichos, y no me quejo de sus maratonianas jornadas ante la televisión, viendo corridas de toros, tumbada en el sofá con sus piernas encima de mi.
Ella dice que soy un desastre, que no tengo remedio, que soy un caso perdido. Que debería cambiar, que debería mejorar, que debería evolucionar. Pero yo no lo veo así. ¿Qué necesidad hay de cambiar? ¿Qué hay de malo en ser como soy? ¿No es mejor ser auténtico?
Se queja porque arrastro los pies al andar. Y yo no me quejo porque ella se queja. Es una situación absurda, una discusión ridícula, una tontería monumental.
Quiere que yo deje de arrastrar los pies, pero yo no pienso dejar de hacerlo. Dice que así no podemos seguir, pero yo digo que así estamos bien.
Ella dice que va a pedir el divorcio, pero yo digo que no hace falta. Dice que no me soporta, yo no digo nada. Ella dice que soy un idiota, pero yo digo que soy feliz.
Te quiero, pero no te quiero. Eres como ese plato de comida que está en la nevera desde hace semanas. Sé que está ahí, pero no tengo ganas de comerlo. Eres como ese programa de televisión que siempre está en la guía, pero nunca me animo a verlo. Eres como ese par de zapatos que compré en oferta y que nunca uso porque me hacen daño en los pies.
Te quiero, pero no te quiero. Eres como ese chiste malo que siempre cuento y que nadie entiende. Eres como esa canción pegajosa que no puedo sacarme de la cabeza, pero que me hace querer arrancarme los oídos. Eres como ese libro que tengo en la mesita de noche y que nunca termino de leer.
Te quiero, pero no te quiero. Eres como ese vecino ruidoso que siempre pone la música a todo volumen a altas horas de la noche. Eres como ese mosquito que zumba en mi oído cuando intento dormir. Eres como esa película aburrida que todos aman, pero que a mí me parece un completo desastre.
Te quiero, pero no te quiero. Eres como ese juego de mesa al que todos quieren jugar, pero yo prefiero quedarme en casa viendo Netflix. Eres como esa fiesta a la que todos van, pero yo prefiero quedarme en pijama comiendo helado.
Te quiero, pero no te quiero. Eres como ese mensaje de texto al que nunca respondo porque no sé qué decir. Eres como esa llamada perdida que veo en mi teléfono y decido ignorar. Eres como esa persona a la que le digo “nos vemos pronto” sabiendo muy bien que nunca más nos veremos.
Cada vez que oigo, veo o leo una encuesta tengo la misma duda : ¿por qué nunca me preguntan a mí, con todo lo que yo sé?.
En mi vida me han preguntado nada. Arrastro una gran frustración por no pertenecer a la pléyade de personas que han sido encuestadas sobre todos los temas imaginables. Y yo nada. Así que mi opinión sobre el precio del aceite, la guerra de Ucrania, el multilingüísmo político o la misma existencia del Dios no tiene reflejo estadístico en ningún sitio. Para Tezanos no existo. No soy nadie.
Hace unos días sonó el teléfono: «Buenas tardes, le llamo de Pisconsulting. ¿Puede contestar a unas preguntas?». Mi corazón se paró antes de arrancar otra vez y ponerse a cien. Síiiiiiiiiiii, contesté. «Antes de empezar dígame cuántos años tiene, por favor». Muchitantos, le contesté. «Ah, lo siento, pasa usted de rango de edad. Buenas tardes»:
Una grieta en el suelo se abrió y se tragó mi ilusión, junto con la encuesta y mi esperanza de ser alguien para Tezanos.
Ni los Testigos de Jehová me preguntan. A lo más que he llegado a es picar en una carita sonriente o cabreada, que hay en algunas tiendas para saber el grado de satisfacción del cliente.
Casi perdida la esperanza de formar parte de algún panel demoscópico, ayer sonó el teléfono. Una voz cansada me dijo que me llamaba de la empresa no sé qué y si quería contestar unas preguntas. Dada mi frustrante experiencia, contesté sí con muy poca convicción. La voz cansada me explicó que el tema preguntado iba sobre la soledad de las personas mayores.
Para hablar de soledad, lo primero que me preguntó es si vivía solo. Le conteste que no, que vivo con mi esposa y sus cinco hijos. Los cuatro míos van y vienen. Sabido esto, supuse que la encuesta habría acabado; pero no, siguió mecánicamente con su formulario: «Del 1 al 10, ¿qué grado de soledad sufre usted?».
Esta no se entera, pensé. Si le acabo de decir que en casa nos juntamos 11 personas, ¡qué soledad voy a tener!. Pero daba igual, la encuestadora, inasequible al desaliento, siguió con la matraca. ¿»Buscaría usted la compañía de sus amigos, conocidos, vecinos y demás para paliar su soledad?». Y yo: ¡Pero si lo que necesito es que me dejen en paz!.
Dado el cariz de la encuesta, empecé a pensar que a lo mejor no era tan buena idea ser encuestado. Y siguió con las siguientes preguntas relacionadas todas con aspectos físico-químicos. Que si me valía solo para lavarme, que si podía andar sin ayuda, que si sabía manejar un cajero, que si hacia pis solito… Sólo le faltó preguntarme por mi vida sexual, y ahí sí le hubiese explicado que siempre necesité el concurso de otra persona.
En fin, al cabo de 20 minutos, la encuestadora me dio las gracias y me dijo que había sido un placer charlar conmigo porque, en el fondo, se sentía muy sola.
Así que me dejó la duda de si en realidad había contestado a mi primera encuesta, o si había estado dándole palique a mi vecina del B, que vive sola. El caso es que su voz me sonaba.
Mi amiga Elo me soltó el otro día, y se quedó tan fresca, que si la hubiesen educado en otro ambiente ahora sería una psicópata. Basa su afirmación en que no es capaz de echar una lágrima en los entierros. De hecho, íbamos camino de uno y me enseñó un frasquito de lágrimas artificiales que lleva en el bolso para estas ocasiones.
El esgrafiado es una técnica ornamental arquitectónica utilizada para la decoración en el enlucido y revestimiento de muros, tanto en el exterior como en el interior de edificios. El término, de origen italiano (sgraffiare), se aplica tanto a la acción artesana como al producto resultante.
En materia de albañilería, puede considerarse como una variedad o tipo de grabado realizado sobre una superficie estofada, a partir de dos capas o colores superpuestos que permiten revelar formas o dibujos al retirar o rallar la capa exterior1. En los revestimientos de fachadas y decoración de algunos interiores suelen utilizarse plantillas con motivos geométricos seriados.
En la península ibérica, este oficio tuvo su origen en el trabajo del estuco y los revestimientos interiores utilizados por los romanos e hispanorromanos en Hispania. Esta tradición pasó al arte paleocristiano y prerrománico, con la conquista islámica de Hispania pasó al arte andalusí como tantos otros elementos, los alarifes mudéjares dejaron diferentes ejemplos en Extremadura, Andalucía, Aragón, Castilla, Cataluña, Levante y Portugal.
El esgrafiado se ha utilizado en diferentes épocas y lugares. En la Edad Media, se usaba para decorar iglesias y castillos. En el Renacimiento, se utilizó para decorar palacios y villas. En el siglo XX, se ha utilizado para decorar edificios modernos.
El esgrafiado es una técnica que requiere habilidad y paciencia. El artista debe tener un buen ojo para el diseño y la composición. También debe ser capaz de trabajar con herramientas delicadas para crear detalles finos. El resultado final es una obra de arte que puede durar siglos si se cuida adecuadamente.
En resumen, el esgrafiado es una técnica ornamental arquitectónica que se utiliza para decorar muros. Es una técnica antigua que ha sido utilizada durante siglos en diferentes partes del mundo. Es un arte que requiere habilidad y paciencia, pero el resultado final puede ser impresionante