La historia de España se encuentra salpicada del protagonismo extremeño. En época romana, Emérita Augusta no sólo se convirtió en la ciudad de descanso para los soldados romanos, sino en la capital de la Lusitania. Pero mucho antes, por el Paleolítico, el calerizo de Cáceres revolucionó la prehistoria. Por no hablar del Nuevo Mundo, al que se lanzaron sin miedo extremeños como Francisco Pizarro y Hernán Cortés. Simplemente se trata de pinceladas de la historia que demuestra el papel jugado por Extremadura.
Pero que la primera capital de España se sitúa en la región es, sin duda, un hecho relevante. Sigue leyendo y descubrirás una bonita historia, poco conocida, pero que significó mucho para la España actual.
Nos estamos refiriendo al momento (siglo XV) en el que Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, unieron las coronas de Castilla y Aragón dando inicio al reino de España.
A la muerte de Enrique IV de Castilla, Isabel accedió al trono. Pero al autoproclamarse reina, desencadenó un guerra de sucesión contra los partidario de Juana la Beltraneja (hija del monarca fallecido). Este conflicto bélico se desarrolló entre 1475 y 1479. En el mismo año que finaliza la guerra, Fernando hereda el trono de Aragón al morir su padre Juan II.
Con el enlace de Isabel y Fernando se unieron dos coronas y dos dinastías, dando como resultado la monarquía hispánica. Y ya llegamos al protagonismo de Extremadura en la unión de España y qué población extremeña se convirtió momentáneamente en la capital de la nación.
Reyes Católicos
Los Reyes Católicos recalaron en el palacio de Luis Chaves de Trujillo después de la muerte del rey de Aragón, Juan II, el 20 de enero de 1479, cuyas exequias se celebraron en la localidad cacereña. Según José Antonio Ramos, historiador, cronista de Trujillo y autor del libro El palacio de Luis Chaves de Trujillo: «Los Reyes Católicos estuvieron alojados en este alcázar en todas las ocasiones en las que visitaron Trujillo, donde residieron largas temporadas. Luis de Chaves mantenía una larga relación de amistad con la reina Isabel. En este palacio la reina Isabel firmó el Tratado de Alcaçobas, que ponía fin a la guerra sucesoria y, por ende, a la guerra con Portugal»
En ese palacio también se rubricó el tratado por el que las coronas de Aragón y Castilla se unen bajo el mandato de los Reyes Católicos, «que convierten este lugar en un protagonista muy importante para la España de nuestros días y la consecuente hispanidad, naciendo de manera oficial y para siempre en Trujillo», apostilla Ramos.
Y así, con estos avatares históricos, Trujillo se convirtió en la primera capital de España, aunque brevemente.