El esgrafiado es una técnica ornamental arquitectónica utilizada para la decoración en el enlucido y revestimiento de muros, tanto en el exterior como en el interior de edificios. El término, de origen italiano (sgraffiare), se aplica tanto a la acción artesana como al producto resultante.
En materia de albañilería, puede considerarse como una variedad o tipo de grabado realizado sobre una superficie estofada, a partir de dos capas o colores superpuestos que permiten revelar formas o dibujos al retirar o rallar la capa exterior1. En los revestimientos de fachadas y decoración de algunos interiores suelen utilizarse plantillas con motivos geométricos seriados.
España
En la península ibérica, este oficio tuvo su origen en el trabajo del estuco y los revestimientos interiores utilizados por los romanos e hispanorromanos en Hispania. Esta tradición pasó al arte paleocristiano y prerrománico, con la conquista islámica de Hispania pasó al arte andalusí como tantos otros elementos, los alarifes mudéjares dejaron diferentes ejemplos en Extremadura, Andalucía, Aragón, Castilla, Cataluña, Levante y Portugal.
El esgrafiado se ha utilizado en diferentes épocas y lugares. En la Edad Media, se usaba para decorar iglesias y castillos. En el Renacimiento, se utilizó para decorar palacios y villas. En el siglo XX, se ha utilizado para decorar edificios modernos.
El esgrafiado es una técnica que requiere habilidad y paciencia. El artista debe tener un buen ojo para el diseño y la composición. También debe ser capaz de trabajar con herramientas delicadas para crear detalles finos. El resultado final es una obra de arte que puede durar siglos si se cuida adecuadamente.
En resumen, el esgrafiado es una técnica ornamental arquitectónica que se utiliza para decorar muros. Es una técnica antigua que ha sido utilizada durante siglos en diferentes partes del mundo. Es un arte que requiere habilidad y paciencia, pero el resultado final puede ser impresionante