Esta mañana llovía a cántaros, mis pies estaban sumergidos en las fosas Marianas, podía pasar por pez, anfibio, pulga de agua o cualquier otro bicho acuático. No había taxis, los autobuses no paraban y me dio por pensar todas las cosas que no suceden cuando las necesitas. Un dos tres, responda otra vez:
- Préstamos bancarios: ¡Claro, los bancos están más que dispuestos a prestarte dinero cuando ya tienes suficiente! Es como si te ofrecieran un paraguas solo cuando el sol brilla intensamente.
- Taxis en días soleados: ¿Necesitas un taxi cuando está lloviendo a cántaros? Buena suerte. Pero en un día soleado, hay tantos que podrías pensar que estás en una convención de taxistas.
- Ofertas de trabajo: Después de meses de búsqueda, finalmente consigues un trabajo. Y justo entonces, empiezan a llover ofertas de empleo. ¡Qué conveniente!
- Descuentos y promociones: Acabas de comprar algo carísimo y, al día siguiente, aparece una oferta con un 50% de descuento. ¡Perfecto!
- Consejos no solicitados: Cuando estás completamente perdido, nadie tiene nada que decir. Pero en cuanto encuentras tu camino, todos se convierten en expertos en el tema.
- Invitaciones a eventos: Pasas meses sin nada que hacer y, de repente, recibes invitación a 3 bodas el mismo fin de semana. ¡Ruina!
- Servicio al cliente: Cuando realmente necesitas ayuda, parece que «todos nuestros operadores» están ocupados. Pero si solo tienes una pregunta trivial, te atienden en segundos.
- Wi-Fi: La conexión a Internet es perfecta, hasta que haces una video llamada con tu novia en Cortegana, entonces ¡adiós señal!
- Lluvia y paraguas: Llevas un paraguas todo el día y no cae ni una gota. Pero el día que decides dejarlo en casa, ¡diluvio universal!
- Amigos y mudanzas: Nadie está disponible para ayudarte en la mudanza . Pero una vez que ya estás instalado, todos aparecen para la fiesta de inauguración.
- Seguros: son estupendos a la hora de vendértelos, eso sí, cuando los necesitas invocan la cláusula 234 que dice que en caso de rotura verde las han segado.
- Rebajas de ropa: Encuentras la camisa perfecta y, por supuesto, no está en rebajas. Pero una vez que la compras, mágicamente aparece en oferta la semana siguiente.
- Consejos de salud: Cuando estás sano, todos tienen consejos sobre cómo mantenerse en forma. Pero cuando estás enfermo, parece que nadie sabe qué hacer.
- Tráfico: Siempre hay tráfico cuando tienes prisa. Pero si sales con tiempo de sobra, las calles están tan vacías que podrías pensar que es un día festivo.
- Tecnología: Tu móvil funciona perfectamente hasta que tienes pagar la compra. Entonces, decide actualizarse o fallar sin previo aviso. Las 220 personas de la cola quieren asesinarte.
- Llamadas importantes: Nadie te llama en todo el día, pero en cuanto entras en la ducha, tu teléfono no para de sonar.
Mientras pensaba todas esas desgracias paró a mi lado un coche rojo, bajo la ventanilla, y una pelirroja de cine me dijo que me llevaba. Sentí tanto calor que mis pies flotaron sobre las aguas y se me secaron hasta los lagrimales de la impresión.
Cuando volví en mi, los municipales me estaban multando por atravesar la calle si mirar y casi ser atropellado por un coche rojo.
2 comments
28/09/2024 at 11:18 —
Hace nada me pasaron dos de tus ejemplos….
Dia de lluvia torrencial, y el tiempo corriendo. Había perdido el último autobús que me llevaba al trabajo a tiempo, y traté de conseguir un taxi. Yo llamando por teléfono a todos los de mi ciudad. Comunicando, pitando, pero nadie cogía el teléfono, todos los operadores ocupados haciendo «yo que se qué». No llega a ser por uno que se paró en frente por verme desesperada, y no llego.
Muy buena!
28/09/2024 at 12:05 —