Mi amiga Carmen dice una frase de las que se graban en mármol: «No hay amor fraterno que supere un proindiviso». Eso, traducido del lenguaje culto, viene a decir que las herencias pueden ser bombas de profundidad en la apacible vida de quien las recibe.
El departamento de Estudios de la Herencia de la de la Facultada de Derecho de la University of Kelvinator ha publicado un opúsculo titulado «Inheritances fuck up families», que por su interés transcribo aquí.
Los autores del citado estudio clasifican las herencias según tipologías:
Tipos
1.- Herencia recibida. Esta es a la que se refieren los políticos en general para justificar sus pifias, achacándolas a los anteriores gestores. La duración de la misma es extensible, pudiendo invocarse durante todo el mandato presidencial.
2.- Herencia genética. Con ella se alude a la imposibilidad de cambio de forma de ser de la persona. La genética hace, por ejemplo, que seas un capullo integral sin otra posibilidad. Su expresión genuina es la frase «es que yo soy así». Esta es el salvoconducto que explica tu estado de imbecilidad irremediable.
El testamento. Óleo sobre lienzo de Pepografo.
3.- Herencia perpetua. El estudio de la Kelvinator muestra algunos casos destacable de herencia perpetua. Esta modalidad se refiere al mantenimiento de los bienes familiares in aeternum. Se describe el caso de un constructor de Torrejoncillo en España, que incluyó una cláusula testamentaria por la que se prohibía la venta de la casa familiar a los herederos en un plazo de 1.000 años. Posteriormente, ese plazo se amplió a 4.500 años, antigüedad de las pirámides.
Perú
La herencia perpetua no solo se refiere a bienes mueble e inmuebles, también se aplica a futuros comportamientos de los testatarios. Así, una madre de Arequipa, Perú, dejó ordenado que sus hijas Salomé y Ruth casaran con sendos empresarios del calzado a su mayoría de edad. Para ello dispuso las bodas, con lista de invitados, menú y viajes de novios. De no cumplir los deseos de la madre, se quedaría sin un euro, sol en su caso.
4.- Herencia envenenada. Esta modalidad suele ir acompañada de la ruina de quien la recibe. Pasados los momentos de dolor inherentes a la muerte de tío Francisco, se abre el testamento en el que se detalla la enorme lista de propiedades que atesoró en vida. Los sobrinos, secadas las lágrimas de pena, escuchan todo lo que van heredar. Las lágrimas de pena se convierten en lágrimas de risa y alegría. Pero, poco después, se dan cuenta que las deudas del muerto son mayores que los bienes y surgen lágrimas de pánico.
5.- Herencia con venganza. Lo que no fue capaz de hacer en vida, lo hace muerto. Más común de lo que parece, esta forma de venganza se usa básicamente para dar por saco al deudo que lo espera todo y no recibe ni un colín. El receptor de esta nada suele recordarlo toda la vida, para goce del finado.
Amor fraternal
El estudio llega a analizar hasta 20 tipos de herencia. No quiero abrumar con más detalles. Solo añadiré como colofón, que entre ellas se describe la mía.
En mi caso, mis padres fueron absolutamente justos con mis hermanos y yo. A todos nos hicieron partícipes de todo. Ninguno de mis 8 hermanos fue perjudicado más que otro. Así, a los 3 varones nos dejaron las llaves de las casas y a las 5 mujeres las casas. De las cuentas bancarias, mis hermanas recibieron los números de cuenta y nosotros las claves de acceso; y con los vehículos lo mismo: ellas recibieron las llaves de los coche y nosotros las de las puertas de los garajes.
En resumen, gracias a ese testamento tan bien redactado, tengo 2 llaves y un número secreto. De mis hermanos no he vuelto a saber nada.
Mi amiga Carmen dice : «No hay amor fraternal que supere un proindiviso».
2 comments
07/05/2024 at 13:26 —
Las herencias son un tema muy candente. Abrazos
21/05/2024 at 21:37 —
Ja ja ja ¡¡Qué razón tiene tu amiga Carmen!!
Me ha gustado mucho el relato y el final me ha sacado una sonrisa. Gracias.
Abrazo