Orfelina será siempre recordada por su singular nombre y por la calidad de su agenda personal. Orfelina es un nombre de origen griego que significa ayuda o ventaja.
No se se sabe si fue el destino o la casualidad los que unieron su nombre a la agenda más completa que he conocido en mi vida.
La de Orfelina contenía información sobre cualquier actividad imaginable e inimaginable. Era eso: una ayuda y una ventaja para su poseedora. No había problema que no tuviera solución con la agenda de Orfelina. Lo mismo te servia para contactar con un yesista, que para localizar un cura de guardia. Ese cúmulo de información lo fue consiguiendo durante años de relaciones personales. De cada reunión de trabajo, bautizo, funeral, vacaciones o incluso relación amorosa sacaba una enorme cantidad de datos que luego escribía con detalle en la agenda. Llegó a ser una obsesión. En cuanto se cruzaba con alguien, le pedía la afiliación y de ahí a la agenda. Era como aquel alcalde de Mérida del que se decía que empadronaba a cualquiera que atravesara la ciudad para aumentar el censo.
Se jactaba de tener más nombres en su agenda que los influencers en las redes sociales.
Con los años, la agenda tomó proporciones gigantescas. Creció tanto como la popularidad de Orfelina, quien se convirtió en persona imprescindible para todos. Ella disfrutaba de la fama y el éxito social que le proporcionaba la información acumulada en su agenda.
Y llegó un día gris. Los años habían pasado entre tal vorágine que ni se dio cuenta de que aquel día, su cumpleaños, era el de su jubilación. Orfelina se retiraba. Le hicieron un homenaje al que acudió toda agenda: Regalos, abrazos, besos.
Pasaron los días, las semanas, los meses y vio, asustada, que los nombres de su agenda también se jubilaban. Iban desapareciendo dejando páginas llenas de tachaduras. Al final eran tantas que sucedió lo inevitable: se había jubilado la agenda.
1 comment
25/04/2024 at 22:40 —
La agenda se jubila cuando se termina la ilusión.
JUBILADO 2020
BAJO UNA GERENCIA
EMPIEZA LO MEJOR.