Políticamente correcto, chorrada o necesidad social, es como ese amigo que siempre aparece en las reuniones y te mira con cara de sota cuando cuentas un chiste verde. “¿De verdad vas a decir eso?” te pregunta con la mirada de quien se cree guardián de la moral universal, mientras tú solo querías sacar unas risas.
Antes, uno contaba un chiste y si la gente se reía, misión cumplida. Ahora, antes de abrir la boca, tienes que hacer una auditoría interna para asegurarte de que tu comentario no ofenda a nadie en un radio de 10 kilómetros. ¿Un chiste sobre rubios? Cuidado, no vaya a ser que un rubio del quinto piso te escuche y se sienta marginado. ¿Hiciste una broma sobre perros que llevan jerséis ? Prepárate para un discurso de 20 minutos sobre el respeto a la identidad canina y los derechos de los chihuahuas frioleros.
El problema de lo políticamente correcto es que todo lo que decimos debe pasar por un filtro que convierte el lenguaje en un plato de sopa de hospital. No puedes decir “gordo”, tienes que decir “persona de complexión robusta”. No es “vago”, es “individuo en fase de reflexión laboral”. Y no, por favor, no se te ocurra decir “viejo”, son “personas con más primaveras”. ¡A ver si empiezas a hacer los cálculos! Si sigues estas reglas, terminas necesitando un manual de instrucciones para tener una conversación sin acabar crucificado en Twitter.
La comida
Incluso la comida está bajo la lupa. Ya no puedes decir “me gusta la comida mexicana” sin que alguien te acuse de apropiación cultural. Si te gusta el cerdo , ten cuidado de cómo lo mencionas, no sea que termines ofendiendo al vecino argelino de tu bloque.
El colmo es cuando te invitan a una cena y el anfitrión te pregunta si tienes alguna intolerancia alimentaria. Respondes inocentemente que no, y de pronto te das cuenta de que eres el único que no es vegano, no sigue la dieta keto o no lleva una alimentación “libre de gluten, lactosa, y de mercado de proximidad. Mientras masticas tu filete, todo el mundo te mira como si estuvieras cometiendo un crimen de lesa humanidad.
En este mundo, ser políticamente correcto significa vivir con miedo a la palabra equivocada, al chiste inapropiado y, sobre todo, al juicio de los demás. Así que, si me perdonas , me retiro antes de que alguien se ofenda con lo que acabo de escribir… pero por si acaso, me disculpo por adelantado.
2 comments
21/10/2024 at 09:22 —
Cuánta razón tienes, viejo
21/10/2024 at 09:40 —
Gracias joven