Quiero ser imbécil

Todavía más, quiero decir. Este deseo me ha surgido desde el momento en el que comprendí que los imbéciles viven más y mejor, además son muchísimos y les resbala todo aquello que les cae sobre el enjabonado paraguas de su indiferencia.

Todo esto viene a cuento de los berrinches que me agarro cuando a mi lado alguien, de más de 40 años, te dice que los americanos no llegaron a la luna y se queda tan fresco. Pasado el primer shock, que te invita a mandar a la mierda a tu interlocutor, respiras hondo y, desde el fondo de tu cerebro perplejo, le preguntas que de dónde ha sacado esa idea. ¡Inmenso error!, porque va y te lo explica. Y te dice que lo ha leído, (¿sabe leer?), en las redes sociales y que es una mentira, como las vacunas, el cambio climático y tantas otras cosas.

Neuronas

Las cuatro neuronas que me quedan, dos dedicadas al control de esfínteres, chocan entre sí y me invitan a matar al lunático. La tensión se me dispara y el fondo de ojo se pone turbio. Pero en un instante de lucidez mi cerebro dañado me manda un mensaje: «Hazte imbécil, no sufras más».

Si yo fuera más imbécil podría relajarme con mi colega charlando sobre la multitud de pruebas que demuestran la falsedad del viaje a la luna, los millones de muertos que causan las vacunas, la estupidez de los que creen que la tierra es esférica... «¡Si fuera redonda el agua se caería!”.

Podría, sin alterarme, admitir que el jefe del gobierno es un chorizo, cualquier jefe de gobierno; y el líder de la oposición un santo, cualquier líder de la oposición. Todavía mejor, no distinguiría la verdad de la posverdad, es más no sabría qué es eso.

Si fuera imbécil, más, podría deleitarme en conversaciones sobre si para mujeres, las de antes y para hombre, también. Si los jóvenes de ahora no valen para nada, los parados son unos vagos que no trabajan porque no les da la gana.

También gozaría de absoluta tranquilidad basada en que todas mis convicciones son ciertas y todas las convicciones de los demás contrarias a las mías son falsas. Es la tranquilidad que te da saber, por ejemplo, que tu religión es la verdadera. ¿Y cómo saber eso? Te preguntarás. Muy fácil: es la única revelada por Dios.

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5 comments

  1. MARIA Martinez
    17/03/2024 at 10:19 — Responder

    Sabiendo , teniendo conocimiento de que eres un imbecil, te gustaría.?

  2. villar novillo almudena
    19/03/2024 at 22:42 — Responder

    Cuánta verdad!!!!

  3. v
    20/03/2024 at 20:48 — Responder

    hdh

  4. Davinia
    22/03/2024 at 22:05 — Responder

    Tienes la ventaja que eres inteligente y puedes fingir ser imbecil.

  5. Cabrónidas
    16/04/2024 at 13:41 — Responder

    Y encima si eres imbécil sale gratis y no es delito.

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