¿Te has dado cuenta de que la vida es mucho más fácil cuando no tienes que asumir ninguna responsabilidad? ¿Para qué preocuparse por las consecuencias de tus acciones si puedes culpar a alguien más? Aquí tienes algunos consejos para convertirte en un experto en echar balones fuera:
– **Nunca admitas tus errores**. Reconocer que te has equivocado es una señal de debilidad y te hace vulnerable a las críticas. En cambio, niega la evidencia, inventa excusas o cambia de tema. Recuerda: tú nunca te equivocas, son los demás los que no te entienden.
– **Busca un chivo expiatorio**. Cuando algo salga mal, busca rápidamente a alguien a quien echarle la culpa. Puede ser tu pareja, tu jefe, tu compañero de trabajo, tu amigo, tu vecino, tu mascota o incluso el clima. Lo importante es que no seas tú el culpable. Si no encuentras a nadie, siempre puedes recurrir a los clásicos: el gobierno, la sociedad, el destino o Dios.
– **Critica a los demás**. Una buena forma de desviar la atención de tus propios defectos es señalar los de los demás. Así parecerás más inteligente, más competente y más moral que ellos. No importa si no tienes ni idea de lo que hablas, lo importante es que suenes convincente y seguro de ti mismo.
víctima
– **Juega a la víctima**. Si alguien te acusa de algo o te pide explicaciones, actúa como si fueras el más perjudicado y ofendido. Di cosas como «no es justo», «no me merezco esto», «nadie me valora», «todo el mundo está en mi contra» o «yo solo quería ayudar». Así conseguirás que los demás se sientan culpables y te compadezcan.
– **Evita las consecuencias**. Si puedes escapar de las situaciones difíciles o incómodas, mejor que mejor. No te enfrentes a los problemas, huye de ellos. No des explicaciones, ignora las llamadas. No pidas perdón, desaparece. No busques soluciones, busca distracciones.
Siguiendo estos consejos, podrás vivir una vida tranquila y cómoda sin tener que preocuparte por nada ni por nadie. Eso sí, no esperes tener muchos amigos, ni una buena reputación, ni una conciencia tranquila. Pero bueno, eso también se lo puedes echar la culpa a los demás.