Visitar Aquileia significa un viaje por la historia, por lo orígenes de Europa y de la humanidad. De hecho, la Unesco declaró en 1998 a esta localidad de la región de Friuli-Venecia Julia Patrimonio de la Humanidad. Sus tesoros arqueológicos combinan la grandeza del Imperio Romano y los inicios del cristianismo, huellas que se plasman en su basílica, en sus mosaicos y en sus restos romanos desperdigados por la población.
Aquilea se fundó en 181 antes de Cristo como colonia romana por su ubicación estratégica entre el puerto y el interior; y, precisamente, su localización potenció su prosperidad bajo el reinado de Julio César. Sin embargo, Diocleciano transformó Aquiliea en una de las mayores ciudades del Imperio Romano.
Y una flota y una ceca le potenció su poder, que se reforzó al convertirse en la sede de una comunidad cristiana libre para profesar su fe. Gracias al obispo Teodoro, comenzó la evangelización de Istria, los Balcanes y Hungría.
Mosaico
Visitar Aquileia significa sumergirte en su basílica, un complejo arquitectónico extraordinario, en el que se encuentra su joya: el mosaico de pavimento perteneciente al siglo IV. Se trata del más grande del mundo cristiano occidental con 750 metros cuadrado.
Los expertos consideran esta pieza como la obra maestra de arte y religión, y lo describen como una pieza de intrincados diseños con representaciones de escenas bíblicas y mitológicas con una conservación asombrosa.
Pero, además de la basílica y el cementerio de soldados detrás del templo, el visitante debe contemplar la zona arqueológica de Aquilea, en la que se encuentran los restos de la antigua ciudad romana.
Puedes pasear entre los restos del foro, el puerto fluvial y los mercados de la antigüedad tardía. También resulta subyugante contemplar el cementerio romano y algunas domus que reflejan cómo era la vida cotidiana del mundo romano.
Para concluir, Visitar Aquileia significa ver un tesoro que nos conecta con el pasado, desde la grandeza romana hasta la propagación del cristianismo. Su historia sigue resonando en los mosaicos y las piedras que atestiguan su relevancia en el mundo antiguo.