Año 2050. 30 años desde que el SARS-CoV-2 asolara la tierra. La electricidad, el gas, el petróleo, la telefonía e internet han sucumbido.
El planeta se alumbra con velas de sebo, se calienta y cocina con lumbre y las comunicaciones se hacen imposibles más allá de donde da la vuelta el aire. Los pocos ciudadanos que sobrevivieron al covid-19 no han regresado a las cavernas, pero casi. Las viviendas se desmoronan; amenazan derrumbe por falta de mantenimiento. Quienes tienen sótano o una bodega se han instalado en esos habitáculos fríos, húmedos y oscuros, pero seguros.
Sin información
Año 2050. 30 años desde que el SARS-CoV-2 asolara la tierra ya no hay radios, ni televisiones, ni periódicos, ni libros. La desinformación acampa en un mundo desaforado, un universo sin conexiones, con una humanidad arrinconada, relegada y extraviada.
Nadie se aventura más allá del perímetro de seguridad. El peligro no existe. El virus se fugó con el progreso, pero el desasosiego se convirtió en un camarada imprescindible, en un salvoconducto sanitario.
Sólo una persona, Rebeca, se arriesga a atravesar el cerco. Se ha fabricado un triciclo con un gran cajón de madera delante, donde consigna sus pertenencias más opulentas: tres libros: El Quijote de Cervantes, La Ilíada de Homero y La Biblia. Con él y sus tres inseparables compinches deambula por los caminos buscando un lugar donde estacionarse. Y cada atardecer, despliega su instalache en la desvencijada plazuela; bajo la tenue luz del crepúsculo y rodeada de personas, abre un volumen e inicia la lectura:
«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».
Primero, siempre unas palabras de Cervantes. Después, Homero y, para cerrar, La Biblia.
1 comments
17/03/2023 at 09:16 —
Los libros… nuestros mejores compañeros