Hace tiempo que vengo observando como a las puestas de sol acuden miles de personas, que embobadas, miran el horizonte por donde se pone la estrella, y con el último rayo de luz, rompen en fervorosos aplausos, incluso piden bises, sin que hasta el momento, que se sepa, el sol haya repetido su puesta, por más peticiones que se produzcan. Se ve, que el sol no entiende de horas extras.
Intentando remediar la pereza solar, dejo aquí unos cuantos ocasos para los muy cafeteros.
Pincha la foto y se te hará grande, pero grande
De nada
2 comments
07/09/2024 at 02:46 —
Imágenes y texto precioso. Un abrazo
07/09/2024 at 03:21 —
Muchas gracias Nuria