¿Qué dicen de mí?, medio mundo habla del otro medio

Pues, nada bueno.
La señora Pincho me preguntó el otro día que de qué hablamos cuando no está ella. La respuesta fue como un disparo: «¡Pues de ti. De qué si no!».
Read more →Pues, nada bueno.
La señora Pincho me preguntó el otro día que de qué hablamos cuando no está ella. La respuesta fue como un disparo: «¡Pues de ti. De qué si no!».
Read more →Cada vez que oigo, veo o leo una encuesta tengo la misma duda : ¿por qué nunca me preguntan a mí, con todo lo que yo sé?.
En mi vida me han preguntado nada. Arrastro una gran frustración por no pertenecer a la pléyade de personas que han sido encuestadas sobre todos los temas imaginables. Y yo nada. Así que mi opinión sobre el precio del aceite, la guerra de Ucrania, el multilingüísmo político o la misma existencia del Dios no tiene reflejo estadístico en ningún sitio. Para Tezanos no existo. No soy nadie.
Hace unos días sonó el teléfono: «Buenas tardes, le llamo de Pisconsulting. ¿Puede contestar a unas preguntas?». Mi corazón se paró antes de arrancar otra vez y ponerse a cien. Síiiiiiiiiiii, contesté. «Antes de empezar dígame cuántos años tiene, por favor». Muchitantos, le contesté. «Ah, lo siento, pasa usted de rango de edad. Buenas tardes»:
Una grieta en el suelo se abrió y se tragó mi ilusión, junto con la encuesta y mi esperanza de ser alguien para Tezanos.
Ni los Testigos de Jehová me preguntan. A lo más que he llegado a es picar en una carita sonriente o cabreada, que hay en algunas tiendas para saber el grado de satisfacción del cliente.
Casi perdida la esperanza de formar parte de algún panel demoscópico, ayer sonó el teléfono. Una voz cansada me dijo que me llamaba de la empresa no sé qué y si quería contestar unas preguntas. Dada mi frustrante experiencia, contesté sí con muy poca convicción. La voz cansada me explicó que el tema preguntado iba sobre la soledad de las personas mayores.
Para hablar de soledad, lo primero que me preguntó es si vivía solo. Le conteste que no, que vivo con mi esposa y sus cinco hijos. Los cuatro míos van y vienen. Sabido esto, supuse que la encuesta habría acabado; pero no, siguió mecánicamente con su formulario: «Del 1 al 10, ¿qué grado de soledad sufre usted?».
Esta no se entera, pensé. Si le acabo de decir que en casa nos juntamos 11 personas, ¡qué soledad voy a tener!. Pero daba igual, la encuestadora, inasequible al desaliento, siguió con la matraca. ¿»Buscaría usted la compañía de sus amigos, conocidos, vecinos y demás para paliar su soledad?». Y yo: ¡Pero si lo que necesito es que me dejen en paz!.
Dado el cariz de la encuesta, empecé a pensar que a lo mejor no era tan buena idea ser encuestado. Y siguió con las siguientes preguntas relacionadas todas con aspectos físico-químicos. Que si me valía solo para lavarme, que si podía andar sin ayuda, que si sabía manejar un cajero, que si hacia pis solito… Sólo le faltó preguntarme por mi vida sexual, y ahí sí le hubiese explicado que siempre necesité el concurso de otra persona.
En fin, al cabo de 20 minutos, la encuestadora me dio las gracias y me dijo que había sido un placer charlar conmigo porque, en el fondo, se sentía muy sola.
Así que me dejó la duda de si en realidad había contestado a mi primera encuesta, o si había estado dándole palique a mi vecina del B, que vive sola. El caso es que su voz me sonaba.
Mi amiga Elo me soltó el otro día, y se quedó tan fresca, que si la hubiesen educado en otro ambiente ahora sería una psicópata. Basa su afirmación en que no es capaz de echar una lágrima en los entierros. De hecho, íbamos camino de uno y me enseñó un frasquito de lágrimas artificiales que lleva en el bolso para estas ocasiones.
Querido ex,
Te escribo esta carta para decirte que ya no te quiero. Sé que te sorprenderá, porque hace poco te juré amor eterno y te prometí que nunca te dejaría. Pero las cosas cambian, y yo he cambiado. He descubierto que hay un mundo maravilloso ahí fuera, lleno de personas interesantes, divertidas y atractivas. Y tú no eres ninguna de esas cosas.
No te lo tomes a mal, no es nada personal. Es solo que me he dado cuenta de que eres un ser aburrido, egoísta y mediocre. No tienes nada que ofrecerme, ni intelectual ni emocional ni sexualmente. Eres un lastre, un obstáculo, un error. Eres el peor novio que he tenido en mi vida.
No sé cómo pude enamorarme de ti. Supongo que fue por lástima, por costumbre, por inercia. O tal vez porque estaba ciega, sorda y muda. Pero ahora he abierto los ojos, los oídos y la boca. Y he visto, escuchado y dicho la verdad. La verdad de que no te quiero, de que no te necesito, de que no te soporto.
Así que te pido que me olvides, que me borres de tu memoria, que me saques de tu corazón. No quiero saber nada de ti, no quiero verte, no quiero hablarte. No me llames, no me escribas, no me busques. No me hagas escenas, no me ruegues, no me amenaces. No me importas, no me afectas, no me asustas.
Adiós, ex. Que te vaya bien, o mal, o como sea. Me da igual. Yo soy feliz sin ti, mucho más feliz que contigo. He encontrado a alguien mejor que tú, mucho mejor que tú. Alguien que me quiere, me respeta y me hace feliz. Alguien que es todo lo que tú no eres.
Tu ex.
Si alguien me lo puede explicar que escriba un comentario. Yo creía que le gustaban mucho mis sopas de ajo.
Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Clito Ruiz y Picasso (Pablo Picasso).
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda).
Read more →Vivir solo es una maravilla. ¿Quién necesita una pareja, una familia o unos amigos cuando se tiene a uno mismo? Aquí hay algunas de las ventajas de vivir solo:
¿No es una vida ideal?
Vivir en pareja es lo mejor que te puede pasar. ¿Qué hay más bonito que compartir tu vida con otra persona? Aquí hay algunas de las ventajas de vivir en pareja:
¿No es una vida maravillosa?
Y no es que yo lo sea, bueno, quiero decir. Lo malo de ser bueno es que te toman por tonto. A menudo, el personal confunde la educación con flaqueza, la amabilidad con debilidad, las pocas ganas de discutir con cobardía. Y así, aprovechándose de la confusión, van ganando terreno, van ocupando tu espacio hasta que te arrinconan, en cuyo caso tienes que dar la patada y dejar sorprendido al tipo que te clasificó como memo.
Te llama tu mujer: «Amore, ¿puedes sacar a Estrellita? Estoy muy liada y no tengo tiempo».
Coges el arnés, la correa, la pelota, el lanza pelota, la bolsita de la caca, la botellita de agua para limpiar el pis y, claro, a Estrellita. Y te vas a la calle con cara de perro pensando por qué tu mujer siempre está muy liada y cuándo le vas a decir que la saque ella. Nunca.
Estrellita, mientras tanto, pasa de ti y de la pelota, y se dedica a ladrar a los gatos y a las motos. Entre ladrido y ladrido, repasas todas las ocasiones que el personal te toma por gil.
El vecino de la plaza de garaje, que te dijo un día si no te importaba que aparcara su coche pegado al tuyo para que le cupiera su moto y, ahora, casi tengo que entrar por el techo en el mío.
El frutero de abajo, al que un maldito día le diste confianza, te somete con cada naranja a un tercer grado de cotilleo, sin que tu seas capaz de mandarlo al carajo.
Le tiro otra vez la pelota y me mira con cara de «ve tú por ella» y voy por ella. Hasta la perrata se aprovecha.
Un día te pide tu amigo Paco compartir la clave de Netflix para ver no sé qué película famosa. Tú, más bueno que el pan, se la das. Pasan las semanas y empieza a no ver Netflix porque hay más usuarios de los permitidos. Le preguntas a Paco y te dice que se la ha pasado a su hermana, su sobrina y al portero que le hace muchos favores. Total, pagas el Netfix del barrio y nos lo ves.
Ahora me toca recoger la caquita de Estrellita. Mientras realizo tan higiénica, cívica y asquerosa labor, recuerdo que ya no recuerdo cómo es sentarse en mi sillón preferido. Se lo ofrecí cortésmente a mi suegra un día y parece como si la hubieran sembrado en él. No se ha vuelto a levantar y si lo hace, ocupa su lugar la perrata.
El paseo y mi paciencia van llegando a su fin. No hay gato, ni moto en el barrio que no haya sido ladrado por la perra. La calle está más limpia que cuando salí, ni rastro de caca y las esquinas regadas con agua y jabón.
Subo a casa. Mi mujer, absorta en sus filigranas, me dice lo bien que me sienta pasear la perra y lo feliz que se la ve. Y yo me juro que el próximo día que me diga que la saque a pasear, me enfrentaré a mi suegra, a mi amigo Paco, al frutero, al vecino abusón y a ella. Bueno a ella no, no sea que se enfade.
Por cierto, a mí lo que me gustan son los gatos.
La verdad es que mi amigo Camilo Anchústegui antes, Antxustegui ahora, es un hombre hecho así mismo. No lo tuvo fácil en la vida. Trabajando desde crío, no le daba tiempo a disfrutar de los juegos de su edad.
Ya joven, montó un negocio de polipastos y ferralla que le absorbía la vida. Se casó por poderes mientras vendía poleas en Cuenca. La otra novia, la que él quería, lo dejó porque de tanto no verlo se le olvidó la cara.
Sólo trabajar, sólo ir y venir, trajo como consecuencia que se le olvidó la vida entre hierros y poleas; y ahora, cerca de la jubilación, decidió darse el gusto de recuperar todo lo que en cincuenta años no había hecho.
Para no perderse, creó una lista y, en orden de revancha, fue apuntando lo que quiso y nunca hizo.
La primera acción fue comprarse el triciclo que su señor padre siempre le negó. En la juguetería le preguntaron la edad del niño. Contestó: «Sesenta y cinco años». Se lo llevó puesto.
Con el siguiente paso cumplió otra ilusión perdida. Compró el piano más caro que pudo. Hizo obras en el salón, no cabía, y se apuntó a un curso de Youtube. En unos meses, Paquito el Chocolatero no tenía secretos para sus dedos.
Lo siguiente en la lista fue construir una grúa enorme con el Meccano. Sus dedos eran demasiado grandes para los pequeños tornillos.
Se acordó de la otra novia, la que él quería, y que localizó en Facebook. Ella al principio no lo reconoció. Después lo reconoció y lo bloqueó sin más.
En esta vorágine de hacer cosas perdidas, se di cuenta que nada sabía como él recordaba: que el triciclo era pequeño, el Meccano aburrido, Paquito el Chocolatero un coñazo…
Camino de Santiago, recurso para jubilados con vocación exploradora, reflexionó sobre la imposibilidad de recuperar lo no hecho.
De vuelta a casa, mientras pelaba una naranja que no olía a naranja, le dijo su mujer: «Camilo, ahora que ya estás jubilado, ¿Por qué no haces todas esas cosas que te gustan?».
Le dirigió una mirada vacía, dejó la naranja en el plato y le contestó: «Las cosas que me gustan ya no huelen como antes».
El Cementerio Alemán de Cuacos de Yuste, en la provincia de Cáceres, Extremadura, es un lugar de recogimiento y memoria que nos transporta a los turbulentos tiempos de las dos guerras mundiales. Su historia se entrelaza con los avatares de estos conflictos y la peculiaridad de su ubicación en un rincón de España, lejos de los principales frentes de batalla.
La génesis de este camposanto se remonta a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Durante este conflicto, algunos marinos y aviadores alemanes perdieron la vida en aguas cercanas a las costas españolas o en territorio español debido a naufragios, accidentes aéreos o enfermedades. Sus cuerpos fueron inicialmente sepultados en diversos cementerios españoles, dispersos geográficamente.
Tras la contienda, surgió en Alemania la Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (Comisión Alemana para el Cuidado de las Tumbas de Guerra), una organización dedicada a la localización, exhumación y reagrupación de los restos de los soldados alemanes fallecidos en el extranjero.
Esta labor se intensificó después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un conflicto que también dejó un reguero de muertes de combatientes alemanes en circunstancias similares en España.
La Comisión identificó la necesidad de crear un cementerio centralizado en España para dignificar el descanso de estos soldados. Tras diversas gestiones, en 1975 se adquirió un terreno en el municipio de Cuacos de Yuste. La elección de este lugar no fue casual.
Cuacos de Yuste era conocido por albergar el Monasterio de Yuste, lugar de retiro y fallecimiento del emperador Carlos V, figura histórica con fuertes lazos entre España y Alemania. Esta conexión simbólica añadió un significado especial al emplazamiento del cementerio.
La construcción del cementerio se llevó a cabo entre 1980 y 1983. El diseño sobrio y respetuoso del camposanto refleja el carácter conmemorativo del lugar. Se dispusieron hileras de cruces de granito gris, cada una con el nombre, la fecha de nacimiento y, en muchos casos, la fecha de fallecimiento del soldado allí enterrado. Algunas cruces llevan la inscripción «In memoriam», recordando a aquellos cuyos restos no pudieron ser recuperados, y otras señalan «Unbekannter Soldat» (Soldado Desconocido).
El 1 de junio de 1983, el Cementerio Alemán de Cuacos de Yuste fue inaugurado en una ceremonia hispano-alemana, marcando un acto de reconciliación y recuerdo. En este camposanto reposan los restos de 180 soldados alemanes: 26 de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de ellos pertenecieron a la Luftwaffe (fuerza aérea) y a la Kriegsmarine (marina de guerra).
El cementerio se erige como un testimonio silencioso de las tragedias bélicas y un símbolo de la cooperación entre naciones para honrar la memoria de quienes perdieron la vida en conflictos pasados.
Su ubicación en un entorno tranquilo, cerca de un lugar de tanta significación histórica como el Monasterio de Yuste, lo convierte en un punto de interés tanto para la reflexión histórica como para el encuentro cultural hispano-alemán. La placa a la entrada del cementerio invita a los visitantes a «Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad», un mensaje que resuena a través del tiempo y nos recuerda la importancia de la paz.
Der Deutsche Soldatenfriedhof Cuacos de Yuste in der Provinz Cáceres, Extremadura, ist ein Ort der Besinnung und des Gedenkens, der uns in die turbulenten Zeiten der beiden Weltkriege zurückversetzt. Seine Geschichte ist eng mit den Wechselfällen dieser Konflikte und der Besonderheit seiner Lage in einer Ecke Spaniens, fernab der Hauptkriegsschauplätze, verbunden.
Die Entstehung dieses Friedhofs geht auf den Ersten Weltkrieg (1914-1918) zurück. Während dieses Konflikts verloren einige deutsche Seeleute und Flieger in Küstennähe Spaniens oder auf spanischem Territorium durch Schiffbruch, Flugzeugunglücke oder Krankheiten ihr Leben. Ihre Leichname wurden zunächst auf verschiedenen spanischen Friedhöfen verstreut beigesetzt.
Nach dem Krieg entstand in Deutschland der Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, eine Organisation, die sich der Auffindung, Exhumierung und Zusammenführung der Überreste gefallener deutscher Soldaten im Ausland widmete. Diese Arbeit intensivierte sich nach dem Zweiten Weltkrieg (1939-1945), einem Konflikt, der ebenfalls eine Spur von toten deutschen Kämpfern unter ähnlichen Umständen in Spanien hinterließ.
Der Volksbund erkannte die Notwendigkeit, in Spanien einen zentralen Friedhof zu errichten, um die Ruhestätte dieser Soldaten zu würdigen. Nach verschiedenen Verhandlungen wurde 1975 ein Grundstück in der Gemeinde Cuacos de Yuste erworben. Die Wahl dieses Ortes war kein Zufall. Cuacos de Yuste war bekannt dafür, das Kloster Yuste zu beherbergen, den Rückzugsort und Sterbeort von Kaiser Karl V., einer historischen Figur mit starken Verbindungen zwischen Spanien und Deutschland. Diese symbolische Verbindung verlieh dem Standort des Friedhofs eine besondere Bedeutung.
Der Bau des Friedhofs erfolgte zwischen 1980 und 1983. Die schlichte und respektvolle Gestaltung des Friedhofs spiegelt den Gedenkcharakter des Ortes wider. Es wurden Reihen von grauen Granitkreuzen aufgestellt, jedes mit dem Namen, dem Geburtsdatum und in vielen Fällen dem Todesdatum des dort begrabenen Soldaten. Einige Kreuze tragen die Inschrift «In memoriam» und erinnern an diejenigen, deren Überreste nicht geborgen werden konnten, und andere tragen die Aufschrift «Unbekannter Soldat».
Am 1. Juni 1983 wurde der Deutsche Soldatenfriedhof Cuacos de Yuste in einer deutsch-spanischen Zeremonie eingeweiht, ein Akt der Versöhnung und des Gedenkens. Auf diesem Friedhof ruhen die Überreste von 180 deutschen Soldaten: 26 aus dem Ersten Weltkrieg und 154 aus dem Zweiten Weltkrieg. Die meisten von ihnen gehörten zur Luftwaffe und zur Kriegsmarine.
Der Friedhof erhebt sich als stummes Zeugnis der Kriegstragödien und als Symbol der Zusammenarbeit zwischen Nationen, um das Andenken an diejenigen zu ehren, die in vergangenen Konflikten ihr Leben verloren haben. Seine Lage in einer ruhigen Umgebung, in der Nähe eines so bedeutenden historischen Ortes wie dem Kloster Yuste, macht ihn zu einem Anziehungspunkt sowohl für die historische Reflexion als auch für die deutsch-spanische Kulturbegegnung. Die Tafel am Eingang des Friedhofs fordert die Besucher auf: «Gedenket der Toten in tiefem Respekt und Demut», eine Botschaft, die durch die Zeit hallt und uns die Bedeutung des Friedens in Erinnerung ruf
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The German Cemetery of Cuacos de Yuste, in the province of Cáceres, Extremadura, is a place of reflection and remembrance that transports us to the turbulent times of the two World Wars. Its history is intertwined with the vicissitudes of these conflicts and the peculiarity of its location in a corner of Spain, far from the main battlefronts.
The genesis of this cemetery dates back to the First World War (1914-1918). During this conflict, some German sailors and aviators lost their lives in waters near the Spanish coasts or on Spanish territory due to shipwrecks, air accidents, or illnesses. Their bodies were initially buried in various Spanish cemeteries, geographically scattered.
After the war, the Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (German War Graves Commission) was established in Germany, an organization dedicated to the location, exhumation, and reburial of the remains of fallen German soldiers abroad. This work intensified after the Second World War (1939-1945), a conflict that also left a trail of dead German combatants in similar circumstances in Spain.
commission
The Commission identified the need to create a centralized cemetery in Spain to dignify the final resting place of these soldiers. After various negotiations, land was acquired in the municipality of Cuacos de Yuste in 1975. The choice of this location was not accidental. Cuacos de Yuste was known for housing the Monastery of Yuste, the place of retirement and death of Emperor Charles V, a historical figure with strong ties between Spain and Germany. This symbolic connection added a special significance to the cemetery’s location.
The construction of the cemetery took place between 1980 and 1983. The sober and respectful design of the burial ground reflects the commemorative nature of the place. Rows of gray granite crosses were arranged, each bearing the name, date of birth, and, in many cases, the date of death of the soldier buried there. Some crosses bear the inscription «In memoriam,» remembering those whose remains could not be recovered, and others indicate «Unbekannter Soldat» (Unknown Soldier).
On June 1, 1983, the German Cemetery of Cuacos de Yuste was inaugurated in a Spanish-German ceremony, marking an act of reconciliation and remembrance. The remains of 180 German soldiers rest in this cemetery: 26 from the First World War and 154 from the Second World War. Most of them belonged to the Luftwaffe (air force) and the Kriegsmarine (navy).
The cemetery stands as a silent testament to the tragedies of war and a symbol of cooperation between nations to honor the memory of those who lost their lives in past conflicts. Its location in a tranquil setting, near a place of such historical significance as the Monastery of Yuste, makes it a point of interest for both historical reflection and Spanish-German cultural encounter. The plaque at the entrance of the cemetery invites visitors to «Remember the dead with deep respect and humility,» a message that resonates through time and reminds us of the importance of peace.