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22Mar

El señor Tamames

In Para reir by Pepógrafo / 22/03/2023 / 1 Comment

«Y quien esté libre de ridículo que tire la primera piedra» (San Juan a los Afásicos)

La de la foto no es mi hermana

Hacer el ridículo es un derecho humano recogido en la Declaración Universal.

Yo lo hago con relativa frecuencia, aunque es verdad que sus efectos, con el paso del tiempo, son menos dolorosos.

Por no ser pesado voy a contar dos o tres, o cuatro, situaciones ridículas en las que he sido protagonista.

La boda

1.- La boda de mi hermana. Para tal evento me compré, yo solito, un traje de color café, con poca leche, que incluía chaleco de 30 botones, pantalón campana de la catedral de Burgos, camisa indescriptible y una corbata con el nudo más grande que mi cabeza.

Al verme en la ceremonia, me confundieron con el cantante de la orquesta Los Hermanos Brother Blues Band, que amenizó el baile hasta que mis zapatos de punta fina me deshicieron los dedos de los pies.

Ojos verdes

2.- Estando sentado con Luis, en la terraza del Iruña, veo que una chica de ojos verdes, morena de pelo y piel me mira con ojos golosos. Le digo a Luis, «aquí hay tema». La de los ojos verdes me sonríe, se levanta y viene hacia mí. Yo pierdo el aplomo y el equilibrio al incorporarme pare recibirla como merece.

La chica pasa a mi lado, huele a promesa de amor (vaya frase ridícula). Y cuando parece que se va a arrojar en mis brazos, hace un quiebro y le planta un beso de cine al tipo de la mesa de al lado, que no era más guapo que yo, pero que al parecer era el novio.

El Billete

3.- Siempre voy con el billete en al mano cuando ocupo mi asiento en el tren. Me aprendo el número de asiento, la ventanilla, el pasillo, y todos los datos para no equivocarme. En un viaje a Aranjuez dos mujeres mayores que iban a El Escorial le rogaban al revisor que las dejara bajar ya, no porque fueran en dirección contraria a su destino, sino por lo ridículas que se verían antes sus maridos.

Tren viejo

Yo me reía para mis adentro con la escena y en esto se planta a mi lado otra mujer que, con el billete en mano, me dice que su asiento es el que yo ocupo. Con cierto tono de suficiencia le explico que mi sito se corresponde con el billete, el 6D. Ella me enseña el mismo 6D. Despotricando contra Renfe por vender el mismo asiento a dos pasajeros, llamo al revisor(a), le enseño el billete conteniendo mi cabreo contra la inepta compañía y me dice: «Este 6D se encuentra cuatro vagones atrás».

Tierra trágame. Cojo la maleta, que casi me da en la cabeza, y me arrastro por el vagón mientras 99 ojos, viajaba un tuerto, se reían a mis espaldas.

Conclusión: todo podemos hacer el ridículo y si no que se lo pregunten al señor Tamames.

19Mar

Pandemia

In Para reir by Pepógrafo / 19/03/2023 / 1 Comment
El Danubio en Budapest

La pandemia me trajo muchas cosas como los Reyes Magos, pero sin carta. Me trajo cuatro vacunas, una moderna y otras impronunciables como la Pefffeferrrrr. También me trajo un bonito covid húngaro. Lo pillé en Budapests, aunque lo llevó en la maleta un amigo de viaje.

Aprendí a tocar palmas y a cantar la misma canción todos los días.

Supe lo que siente un hámster cuando corre en el rodillo e hice 323 bizcochos.

Argentinos

Pero todo eso no es nada comparado con lo de los argentinos. Los argentinos me enseñaron España y sin salir de casa.

Los antivacunas mantienen que con la inyección inoculaban en tu cuerpo una suerte de chip para mayor goce de Bill Gates. Esto es a todas luces una idiotez y, claro, yo no me lo creo. Sin embargo, hay un asunto que sí me tiene preocupado: mi adicción a los youtubers argentinos.

Todo empezó cuando mi dentista, que es argentino, me empastó el segundo premolar inferior izquierdo, una muela. Estoy seguro, que me ha instalado algún microchip tanguista. Desde entonces estoy enganchado al Youtube argento.

Me paso el día, y la noche, viendo a tipos como Merakio, Pastor Comunica, el Vikingo y toda la serie de argentinos que hablan y hablan en la red sobre… ¡España!.

Dan consejos de cómo vivir aquí, entrevistan a inmigrantes que les cuentan sus experiencias con los «gayegos». Y así aprendo que les resultan muy llamativas las aceras bien pavimentadas, los autobuses que llegan a su hora o que no se vean perros sueltos por la calle.

También se sorprenden por la limpieza de las ciudades, que la barra de pan tenga el mismo precio hoy y mañana, o que la policía no acepte sobornos

En fin, que me enseñan un país de fábula, en el que todo parece funcionar, y yo sin enterarme.

Inseguridad

Una de las razones que les impulsan a abandonar su Argentina es la inseguridad. Debe ser muy difícil convivir con asaltos, robos, hurtos y una delincuencia creciente. Dicen los youtubers que es maravilloso andar por las calles de aquí hablando por el “selular” sin que te lo roben, que no te asalten a punta de pistola por unas zapatillas.

En fin…en fin… Perdona que te deje a medias. Me acaba de llamar mi amigo Roberto que han entrado los ladrones en su bar y lo han desvalijado.

10Mar

Mirando a Cáceres desde Instagram

In Para reir by Pepógrafo / 10/03/2023 / No Comments

Julio Hidalgo y Francis Villegas unen su creatividad en la exposición Mirando a Cáceres desde Instagram. Se trata de 24 fotografías publicadas en la red social y con las que pretenden mostrar un punto de vista distinto.

Julio Hidalgo y Francis Villegas unen su creatividad
Los fotógrafos junto a la concejal de Cultura durante la rueda de prensa.

Julio Hidalgo en sus imágenes capta lo visible y lo invisible, pero sobre todo inmortaliza monumentos y paisajes de la provincia de Cáceres ofreciendo perspectivas insólitas y, a veces, imperceptibles a golpe de mirada. De hecho, él mismo reconoce que su intención es aportar los detalles de nuestra contemplación cotidiana. Para ello, extrae del conjunto el detalle y así mostrar ese ángulo ignorado.

Por su parte, Francis Villegas presenta un conjunto de imágenes que reflejan la tradición de la provincia. Las fiestas tradicionales y populares que han marcado el carácter de los cacereños desde sus ancestros.

La exposición se puede contemplar en la fototeca del palacio de la Isla de Cáceres hasta el 5 de abril, de lunes a viernes de 9 a 14.30 y de 16.30 a 20.00 horas.

08Mar

La enfermera

In Para reir by Pepógrafo / 08/03/2023 / No Comments
Cementerio gallego

Hay un libro, que cito con relativa frecuencia, y no he leído; bueno, más de uno. Cuando me refiero a él, pongo cara trascendente y digo: «Una enfermera australiana de paliativos ha escrito un libro en el que recoge las últimas reflexiones de las personas que van a morir».

Palmarla

Con esa introducción ya tengo prendido al personal. Seguidamente, como si la enfermera y yo fuésemos uña y carne, le explico que la gente, antes de palmarla, se lamenta de no haberse ido con él o con ella, o con elle en la actualidad. Y a partir de ahí la conversación fluye.

Cerveza

Es cierto, que unas cervezas hacen fluir mejor todo y mis colegas de tertulia se lanzan a contar qué cosas lamentarían no haber hecho antes de rendir cuentas al Altísimo.

Yo, de natural confiado, esperaba que los pensamientos perimorten de mis amigos tuvieran, por lo menos, la misma profundidad que sus jarras y, entonces, uno dice: «Pues lamentaré no haber sido ujier en las Cortes, con sus mazos y sus pelucas».

Otro, más guerrero, opina que va a arrepentirse de no haberle dado dos hostias al cabo Rocha cuando le tiró a la basura la lata de mejillones de la merienda.

Un tercero cree que, en el lecho de muerte, se arrepentirá de no haberse gastado toda la pasta, y no tendrá puñetera gracia estar rodeado de los buitres que se la van a repartir.

Sócrates

Y así, la que yo preveía conversación socrática, deviene en una especie de mecagoentoloquesemenea, que va subiendo de tono, a la par que la cuenta de las cervezas.

Mi reflexión inicial sobre la enfermera naufraga sin paliativos. Pero, antes de caer en las profundidades de la enésima jarra, me vino un pensamiento que desmonta en parte las conclusiones de la sanitaria. Afirma, en el libro no leído, que la mayoría de las personas se lamentan de no haberse ido con ella, él o elle. Ninguno de mis amigos, ni yo mismo, expresamos ese deseo. Y me pregunto: ¿Sería porque nuestras parejas estaban allí, parapetadas tras las jarras?.

08Mar

Podadora

In Para reir by Pepógrafo / 08/03/2023 / 4 Comments

Mi psicóloga me ha recomendado escribir a mano para «podar las neuronas». Yo, escéptico sobre el poder curativo de la psicología, pensaba que en realidad su labor era directamente heredera del padre Abrahán, el cura que me confesó antes de la primera comunión.

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04Mar

Arte y ensayo

In Para reir by Pepógrafo / 04/03/2023 / 1 Comment
El cine de arte y ensayo en los años 70
Filmoteca Española

Mucho se ha escrito, y se seguirá escribiendo, sobre la lucha antifranquista en los años 70 y anteriores. La lucha sindical de CCOO, la del PCE, ORT, PT, PCR y hasta la del PSOE. Los movimientos estudiantiles, la iglesia de Tarancón al paredón y muchas personas anónimas que contribuyeron a que la dictadura deviniese en dictablanda y muriese de tromboflebitis.

Pero nada se ha contado de todos aquellos, como yo mismo, se jugaron la vida por la democracia en los cines de arte y ensayo.

El Cine

Y eso sí que era jugarse la vida. A media tarde en el cine Aitor comprabas la entrada con cierto aire clandestino. Solíamos ser gente barbada, con chaquetones de botón en forma de diente de hueso de jabalí, las trencas. Ellas con faldas hasta los pies, como las de mi abuela.

Veías películas en blanco y negro; a menudo en versión original; a menudo checoslovacas, húngaras, holandesas, japonesas, mientras el resto del mundo se partía el culo con Paco Martínez Soria y compañía.

Nosotros, militantes antifranquistas, manteníamos la lucha democrática viendo Ingmar Bergman, sólo para entendidos.

Buñuel

Y Buñuel sentaba a los comensales alrededor de una mesa, sobre sendos inodoros, y departían educadamente mientras hacían aguas mayores. A la salida del cine comentábamos la escena buscando el significado político de hacer caca en el comedor.

Y así pasaron por nuestras retinas películas magníficas como Amarcord y otras imposibles de ver, pronunciar y recordar

El Nodo

En bastantes casos echabas de menos el NODO. En las salas de arte y ensayo no se ponía y, a veces, ver a Franco inaugurando pantanos era más entretenido que el drama ruso proyectado.

Pudiera parecer este un ejercicio nostálgico, nada más lejos. Es una petición a las autoridades para que se nos reconozca el mérito y la contribución a la sociedad actual, que gracias a nosotros se ve libre del arte y ensayo y puede disfrutar del cine sin necesidad de romperse la cabeza.

01Mar

La carta de ajuste

In Para reir by Pepógrafo / 01/03/2023 / 1 Comment
La carta de ajuste

Todo empezó cuando mis padres compraron aquella televisión Schneider de 21 pulgadas. Lo primero que hizo el técnico instalador fue afinarla con la carta de ajuste. Aquella misteriosa carta era el dibujo de un círculo que contenía toda clase de figuras geométricas y tonos de grises. El técnico, con aire doctoral, ajustó aquello y yo me quedé mirándola como si fuera la puerta del paraíso televisivo. Cuando terminó su trabajo, nos miró desde la superioridad de sus tecnoconocimientos y dijo: «Ya está, ahora solo falta que empiece la emisión».

14.05

Debía ser sobre la una del mediodía y hasta las dos no empezaba la programación televisiva. Allí estuve una hora mirando el circulito como un pasmarote hasta que a las 14.05 arrancó el programa que con ese mismo nombre iniciaba la emisión.

Aquel televisor presidía la sala de estar desde la altura de su mesa rodante. Vino para quedarse y metió en casa el mundo blanco y negro, los anuncios de sábanas Walf, con cuatro puntos de ajuste, las estufas catalíticas y hasta las acciones de Telefónica, que parecían tus primas del pueblo, las Matildes.

UHF

Teníamos dos canales, el uno y el UHF. Este era sólo para iniciados. Verlo era un ejercicio de militancia casi religiosa. Daba prestigio y cierto halo de exclusividad. Ultra High Frequency, ¡quién puede resistirse a eso!.

Felix Rodríguez de la Fuente. «La Televisión en España 1949-1995» de Lorenzo Díaz

Y así, carta de ajuste tras carta de ajuste fueron pasando los años. Llegó el color y los anuncios de Terry con una amazona sobre una jaca trotando por la playa, que levantaba a los muertos. Y el mítico gel Fa, cuya imagen de la chica en la ducha soliviantó a los internados de curas de todo el país.

No había mucho donde escoger, pero le poníamos ganas y los documentales de la fauna ibérica arrasaban.

400 canales

Y llegamos a hoy. El tiempo vuela. Ya no tengo televisión en su mesita rodante y la carta de ajuste desapareció hace siglos. Tengo unos 400 canales, 8 plataformas, más YouTube, Spotify y otras virguerías. Puedo hablar con la tele y preguntarle si lloverá mañana, incluso llamo a mis pobres amigos por videoconferencia; más de una vez los cojo en calzoncillos.
Con todo eso, muchas noches no sé qué ver y, como ahora mismo, apago el aparato y me pongo a escribir sobre el UHF, que sigue dando prestigio y hasta exclusividad.

28Feb

Inteligencia artificial

In Para reir by Pepógrafo / 28/02/2023 / 6 Comments
Portada de «Cartas Amorosas«

Hoy le he preguntado a una aplicación de inteligencia artificial cómo enamorar a una mujer, no a una cualquiera, sino a la que tengo aquí al lado, que pareciera que es mi pareja por alguna promesa a la Virgen del Carmen, no por enamoramiento, y esta ha sido la respuesta:

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27Feb

Y esa mente pequeña

In Para reir by Pepógrafo / 27/02/2023 / 1 Comment
La Clerecía y la Casa de las Conchas, Salamanca

Hace unos días mantuve una discusión sobre los eufemismos y cómo estos se tiñen con las connotaciones negativas de la palabra a la que sustituyen.

Dado que el asunto es un hecho lingüístico poco discutible, no seré yo quien le enmiende la plana a los de Madrid, no polemicé más y me centré en demostrarle a mi interlocutora que no hace tanto las palabras, hoy inapropiadas, eran de uso común, aceptado y permitido; apoyado su uso por políticos, militares, curas piadosos y madres superioras.

Eufemismos

Términos como cojo, lisiado, disminuido, inválido, minusválido, subnormal, ciego, incapacitado están hoy en la cárcel de la moralina condenados por ser descripción de un estado de las personas y han sido sustituidos por otros, que sin la menor duda, acabarán en la misma cárcel dentro de unos años.

Catedrático

Don Jesús Cañedo fue un cátedro de mi universidad, experto en literatura del Siglo de Oro. De su persona recuerdo que era un poco ogro, fumador empedernido, que se alimentaba de tortillas francesas y de novelas picarescas. Se parecía, a mí me lo parecía, a José María Rodero, un famoso actor de la época.

Era un tipo de modales secos desde la altura de su cátedra. En fin, creo que sabía todo sobre literatura y, aunque podía mostrarse distante, era condescendiente con tipos como yo, empeñados en hacer lectura política de Don Gil de las Calzas Verdes, o descubrir las, por otra parte inexistentes, raíces judías de Jorge Manrique.

Jesusín

El profesor Cañedo tenía un hijo subnormal, entonces se decía así. Jesusín, como lo llamaban en casa, debía tener ocho o diez años cuando ocurrió la historia contada por su padre en el aula. No sé a cuento de qué.

El niño tenía una auténtica obsesión por hablar con el rey. Tanto insistía e insistía, que a su padre se le ocurrió una idea para darle gusto al crío. Habló con un amigo. Le explicó el tema y quedaron que este llamaría por teléfono a Jesusín haciéndose pasar por el rey.

El rey

La llamada se produjo. El niño habló con el presunto rey, quien se interesó por sus avances en la escuela y otros aspectos de su vida.

Finaliza la conversación, el padre le dice al hijo: «Bueno, estarás contento, ya has hablado con el rey». El niño responde: «Papa, ese no era el rey». «¿Por qué?», pregunta el padre. «Pues porque en todo el tiempo que hemos hablado el rey no ha dicho la reina y yo».

Y don Jesús Cañedo cerró la historia usando la frase más tierna que yo he oído para definir a un niño subnormal, entonces era palabra aceptada. Dijo refiriéndose a su hijo: «Y esa mente pequeña descubrió al falso rey porque no mencionó a la reina».

Que vengan ahora los eufemistas a mejorarlo.

26Feb

Opiniones de una abuela

In Para reir by Pepógrafo / 26/02/2023 / No Comments

Por Carmen Martínez-Fortún . Publicado en el Periódico Extremadura el 26/02/2023

La soledad sin 🐈

Cumplir años tiene sus ventajas. Entre ellas el no despreciable hecho de que se sigue viviendo, y, aunque la vida a veces es una mierda, muchísimas más es una aventura irrepetible, fuente de felicidad cifrada en el grado de amor que se reparte y recibe y en el bien que se hace.

La madurez

Para una, en estos momentos de madurez que, no hace tanto, los frívolos llamarían vejez, lo mejor de cumplir años, siendo mucho, no es la experiencia que enseña a no tomarse nunca nada, y cuando escribo nada es nada y menos que nada una misma, demasiado en serio. Son los nietos. Y la paradoja de que el mundo mágico de los peques, con su ternura, su inocencia y su verdad, es un paraíso auténtico y cercano y conservar la capacidad de divertirse con él y gozar como ellos gozan a medida que se abren a la vida en una curiosidad alegre e insaciable, mantiene la fe viva, la esperanza abierta y el amor pleno.

La edad


El otro día un amigo mío que ha pasado también de la edad en que la Celestina se refería a sí misma como una vieja de sesenta años, intentó adoptar un gatito en un conocido refugio de animales de Cáceres; y, con humor, pero también bastante lógico despecho, relataba atónito que le habían denegado la solicitud debido a su edad provecta, pues tienen como norma asegurarse que la adopción dure los quince años de vida media del animalito. Mi amigo afirmaba que no tenía ninguna intención de morirse antes, pero se quedó sin gato. Y una denuncia aquí esa discriminación cruel que, por mucho que se tome con humor, tiene muy poquita gracia.

La juventud

Siempre la juventud ha estado sobrevalorada -recordemos a Fausto- pero estos tiempos de tiranía de la imagen nos han llevado a una esclavitud de la misma que confunde la lozanía de la piel con las capacidades para procurar un hogar feliz a una criaturita de Dios. No ya la juventud, sino la apariencia de la misma, se ha vuelto religión, olvidando que las verdaderas arrugas salen en el alma y no dependen de los años que se cumplan, sino de la falta de empatía, la intolerancia y la falta de respeto. También a la edad.

Lo Que Captura La Mirada background image

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