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23Feb

Frío

In Mucho cuento by Pepógrafo / 23/02/2023 / 1 Comment
Desperté

Almudena Villar Novillo

¿Por qué siempre hago lo mismo? ¿Por qué soy tan irreflexivo e impulsivo? ¿Siempre he de hacer lo contrario? Llevan días advirtiendo que la nevada será histórica, que la bajada de temperatura insoportable, que no salgamos de casa y a mí, que llevo meses sin moverme del piso, me entran unas irrefrenables ganas de coger el coche y lanzarme a la carretera.

Y aquí estoy. En medio de la nada, sin poder moverme. Dentro del vehículo, sin comida, sin agua y sin ropa de abrigo. Hasta he olvidado el móvil. Menos mal que la calefacción funciona y el depósito está lleno. 

Ya no veo la carretera. He perdido la noción del tiempo. No sé desde cuándo estoy aquí. La nieve lo cubre todo, los limpiaparabrisas se han parado. Ya no dan abasto. Estoy sepultado. Mi coche se ha convertido en un iglú. Tengo que salir para evitar que el tubo de escape se llene de nieve, pero trato de abrir la puerta y está atascada. Si no lo consigo, desconectaré el motor. No puedo permitir que los gases pasen al interior, pero sin la climatización, moriré de frío.

Empiezo a sentir que es el final. Quiero dormir. Me siento muy cansado; el sueño me vence y los ojos se me cierran. Creo que el desenlace ha llegado. No me resisto. Al menos, descansaré.

¡Eh, eh, qué pasa! ¿Quién aporrea mi ventanilla? ¿Ya he llegado al cielo o al infierno? ¿Qué hace un guardia civil en el cielo/infierno? ¿Qué trata de decirme?. No le entiendo. Voy a bajar la ventanilla. Parece que me pregunta si me encuentro bien. 

¿Estoy muerto?

— No se preocupe, le vamos a sacar de aquí. Ya vienen mis compañeros para ayudarme y llevarle al hospital. Ha tenido suerte. Nos íbamos sin usted.

21Feb

El pelele presidencial

In Mucho cuento by Pepógrafo / 21/02/2023 / 2 Comments

Desde niño se había caracterizado por su compromiso, su sensatez y su responsabilidad; cualidades a las que incorporaba un espíritu jaracarandoso, alegre, desenvuelto, ocurrente y jovial.

Estas peculiaridades marcaban su personalidad y le convertían en una persona cautivadora, seductora y admirable; con un halo de divinidad. Le costaba muy poco conseguir la atención de los demás. Era como un encantador: en cuanto hablaba, todos le seguían; nadie cuestionaba sus ocurrencias; nadie discutía sus acciones. Su entusiasmo era arrollador e irresistible.

Por eso, no vaciló cuando le propusieron ser candidato a la presidencia del gobierno. No reflexionó si era apto o no; si sus capacidades respondían a las necesidades de los ciudadanos; si sus competencias se encontraban a la altura de un estado en crisis; si él disponía de inteligencia, aptitud e idoneidad para gobernar.

Impostor (Foto: Pexels)

Durante la campaña, empleó toda su artillería arrebatadora para encandilar a los votantes. Fue fácil. No fingía. Su campechanía y espontaneidad contribuían a maravillar y a fascinar a un electorado carente de incentivos, estímulos y acicates.

Ahora se encuentra sentado en un sillón, por cierto, lacerante, emplazado en un despacho frío, austero, desapacible e incómodo, y rodeado de personas que le han transformado en un títere, en un espantajo, un mequetrefe sin personalidad con el que maniobran a su antojo. Se sentía un impostor.

18Feb

Las tinieblas del alma

In Mucho cuento by Pepógrafo / 18/02/2023 / No Comments

Tantos años detrás de las inmundicias humanas le habían convertido en una de ellas.

40 años persiguiendo la negrura del alma habían ensombrecido la suya. Hacia tiempo que no se reconocía. Hasta su vestimenta y sus actos delataban su oficio y la oscuridad de su corazón.

Una existencia entre tinieblas. (Foto Pexels)

Durante muchos años, trató de abandonar ese tormento, pero la rutina le había convertido en un personaje de esa cochambre contra la que combatía.

Por el día, perseguía la infamia y la ignominia del hombre, y por la noche cometía truculentas, monstruosas y brutales acciones.

A la espera de que alguien pusiera fin a sus actos, todos los días al caer la oscuridad, cuando los ciudadanos disfrutaban del calor de la familia, liquidaba a algún desventurado solitario o despistado que se le cruzaba. 

Lo Que Captura La Mirada background image

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