* Este post es políticamente incorrecto. No lo deje al alcance de los niños y no intente reproducirlo en casa.
Hay sociedades muy preparadas y otras menos. Esa frase con tintes racistas podría ser atribuible a cualquier seguidor de Hitler, Mussolini o el mismísimo Julio César. Pero no, yo le he comprobado en mis carnes, más concretamente en mi boca.
¿Y dónde podemos ver esa superioridad?. La pregunta tiene una respuesta sencilla e irrebatible: la superioridad se ve en la ingesta de pastillas a mano.
Viendo cualquier película norteamericana podemos encontrarnos con la escena en la que el protagonista abre el armarito de las medicinas; coge el bote de pastillas; vierte una cantidad salvaje de ellas en la palma de su mano y, con ella abierta y gesto veloz, se las lleva a la boca y se las traga. El efecto del medicamento suele ser inmediato y sanador.
Pues bien, pensé: si George Clooney, al que no tengo nada que envidiar, puede hacer eso, yo no voy a ser menos.
Fui al cajón de las medicinas, yo no tengo armarito. Rebusqué entre las cajas vacías, los prospectos arrugados y las tiritas que no pegan. Cogí un par de paracetamoles, los deposité en la palma de mi mano y, con el mismo gesto de Clooney, me los lleve a la boca. Resultado: me rompí la funda del paleto, me atraganté que casi me asfixio y los paracetamoles acabaron en el techo del cuarto de baño.
Tras el accidente, estudiando lo datos de las cajas negras, salieron a la luz cuestiones que lo explicaba todo. Primero: el tamaño sí importa, como puede verse en las fotografías. Segunda: hay sociedades que nos llevan años de ventaja practicando la ingesta de pastillas a mano son las preparadas.
2 comments
17/01/2023 at 12:04 —
El tamaño sí importa. A mí se me quedó cruzado en el esófago un paracetamol (tamaño XXL) y por poco me ahogo.
De todas formas, prefiero quedarme con mi paracetamol gigante antes que atiborrarme a pastillas diminutas aunque por ello se me considere que estoy en una sociedad en desventaja…♀️
18/01/2023 at 08:45 —
Estos norteamericanos son rarunos hasta para la ingesta de medicamentos. Cuando estuve en Nueva York y en Chicago tuve que comprar aspirinas. Somos más pequeñas que las lentejas francesas y necesitas tomar varias porque la concentración del fármaco es pequeña. En fin, un gesto muy peliculero, pero, efectivamente, el tamaño sí importa