Extremadura no tiene mar, pero cuenta con 1.500 kilómetros de costa, eso sí, de costa de agua dulce. 2 grandes ríos, Tajo, Guadiana y afluentes del Guadalquivir, bañan la región extremeña convirtiéndola en el lugar ideal para los deportes acuáticos y para disfrutar de sus playas con banderas azules.
Y estas enseñas, otorgadas por la Secretaría de Estado de Turismo y la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), ondean orgullosas en nueve enclaves naturales ideales para practicar deportes náuticos (vela, piragüismo, esquí acuático, pesca deportiva, entre otros) y para el baño.
Playa del embalse de García Sola. Badajoz
Playas
Estos son los excelentes espacios en los que disfrutar de una jornada playera:
- La playa de Cancho del Fresno, en Cañamero: consiguió el galardón en 2023
- La playa Costa Dulce de Orellana la Vieja: cuenta con la bandera desde 2010 y fue la primera de Extremadura
- La playa La Dehesa de Cheles: con bandera azul desde 2019
- La playa de Alange: consiguió la distinción en 2019
- La playa de Campanario: también de 2019
- La playa Los Calicantos, en Casas de Don Pedro: con bandera azul desde 2019
- Isla del Zújar, en Castuera: en 2019
- Playa de El Espolón-Peloche, en Herrera del Duque: se alzó con la insignia azul en 2022
- La playa de Talarrubias-Puerto Peña, en Talarrubias: lograda en 2022.
En total, España cuenta con 17 playas de interior con este emblema que significa calidad y, de esas 17, 9 se sitúan en Extremadura. Le sigue el País Vasco, con tres; Galicia, con dos; y Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid con una.
Embalse de García Sola
Y, además, las 9 banderolas que ondean desde 2019 en la región, el puerto deportivo de Orellana la Vieja revalidó en 2023 esta distinción, y en 2024 se une el embalse de Gabriel y Galán gracias a la empresa Panthos de turismo inclusivo. Lo que implica que en Extremadura diez espacios naturales enarbolan este símbolo de reconocimiento, calidad, excelencia y reputación.
Gracias a estos espacios acuáticos y los 60 naturales protegidos, en los que el visitante descubre paisajes extraordinarios y heterogéneos, y en los que se combinan la montaña, la penillanura y la depresión, Extremadura se transforma en destino sublime y portentoso para disfrutar de días de playa en aguas continentales y para experiencias en plena naturaleza.