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06Feb

Un duro

En Para leer por Pepógrafo / 06/02/2023 / 1 comentario
Moneda de un duro

Y el domingo me daban en casa un duro. Un duro, para los de la Logse, citando a Goyo Jiménez, era una moneda de cinco pesetas. Es decir: cero coma cero trescientos un euros.

Con esa moneda en el bolsillo de mi pantalón corto, salía de casa como un cohete camino de los Jesuitas para la sesión de cine de las tres de la tarde.

En el trayecto pasaba delante del garaje de Transportes Ochoa: «Una organización al servicio del transporte». Rapidez, seguridad, dominio, potencia y seriedad… y ese intangible que, en definitiva, es lo más importante: ESPÍRITU DE SERVICIO.

Más adelante, me cruzaba con el escaparte del Palacio del niño lleno de cochecitos de bebé. A partir de ahí, la primera parada para gastar. Aquella tienda, hoy multitienda, vendía golosinas, chicles Bazooka. El Capitán Trueno, El Jabato, Hazañas Bélicas, Roberto Alcázar y Pedrín, TBO, Pulgarcito, Hola, Semana, Garbo y Lecturas.

«¿Me da Hazañas bélicas?». «Toma, dos pesetas«.

Hazañas bélicas, guerras de papel

Mientras los soldados americanos avanzaban por el Pacífico, yo atravesaba Los Caídos y me plantaba en la taquilla del cine.

Tres pesetas la entrada. Y se acabó el duro. Pero la tarde no había hecho más que empezar.

Las películas eran de romanos, de Hércules o de Maciste el coloso. Fecha de estreno 4 de octubre de 1962, dirigida por Antonio Lenviola , protagonizada por Chelo Alonso y Dante Dipaolo (de wikipedia).

Maciste era capaz de derribar un templo a empujones y las columnas rebotaban en el suelo como si fueran de corcho. Eran de corcho. La fuerza de aquel tipo me hacía soñar con tenerla yo y así poder arrearle un columnazo a don José, el de Matemáticas.

Cuando el coloso Maciste había acabado con todos los bárbaros habidos y por haber, y le daban como premio un The end, salía corriendo para llegar a la segunda sesión de la tarde en el cine de los Escolapios.

El colegio de los Escolapios estaba en la otra punta. Corriendo como un gamo atravesaba media Pamplona. No había taquilla. Era gratis para los alumnos y sus hermanos, y yo era hermano.

Se accedía al cine por el patio del colegio y allí coincidimos los de sin uniforme y los niños de la inclusa con los babys de rayas y las cabezas rapadas. Años después vi imágenes parecidas en libros del Holocausto.

Las pelis de los Escolapios tenían más mensaje: Marcelino pan y vino, Agustina de Aragón, Fray Escoba

En fin, dos películas y un Hazañas bélicas por un duro.

Llegaba a casa con la cabeza como un bombo en el que se mezclaban Maciste y fray Escoba, y todavía me quedaban por conquistar varias islas del Pacífico.

Sólo había un nubarrón en las tardes del domingo. Nunca hacía la tarea. A la mañana siguiente don José, el de Matemáticas, seguro que me preguntaría por ella, y yo ni idea.

31Ene

La Octava de Mahler

En Para leer por Pepógrafo / 31/01/2023 / 5 Comentarios

El padre Goicoechea, el Goico para los de la escolanía, fue un sacerdote de la Congregación de los Redentoristas. Compositor, director de coros, profesor, musicólogo. Una eminencia en su campo. Vivió 93 años. En la actualidad dirige los Coros Celestiales del Séptimo Cielo.

El padre Goicoechea ( Foto:Coral de Cámara de Navarra).

Pero, no es de su dilatada carrera profesional, plena de éxitos, de lo que quiero hablar. Vengo a contar y a cantar la Octava de Mahler.

Yo estrené en España La Octava Sinfonía de Gustav Mahler, la Sinfonía de los Mil, título que se explica por la siguiente suma:

Yo, y otros noventa y nueve niños, y cuatrocientos intérpretes de los orfeones Pamplonés y Donostiarra, y ochenta músicos de la Orquesta Nacional de España y un director, Rafael Frühbeck de Burgos, que era de Burgos, y El Goico. Total: quinientos ochenta y dos intérpretes, de ahí el nombre: Sinfonía de los Mil.

Don José María Goicoeche Aizcorbe, en adelante el Goico, sabía todo de la música y de repartir hostias como panes.

A saber:

1.- Con la llave del coro en la cabeza
2.-Con la mano abierta
3.-Con la regla de madera
4.-Con pellizco de patillas. Modelo don Fortunato
5.-Y otras variantes no incluidas en este contrato

Y todo esto como tributo a Gustav Mahler.

Gustav Mahler (Wikipedia)

Comenzaron los ensayos de la escolanía. Tras un escrutinio, quedamos veinte elegidos para mayor gloria de San Ignacio.

Después de la última clase de la tarde empezaba el ensayo:

!aaeiioaaaaaaa, aaaaaaeeeeeiiiiiiooooo. aaAAeIIIooAAAAA, AAAAAAEEEEIIIIOOOOAAAAAAA! (cántese en voz alta y vocalizando). Quince minutos de escalas, de aburrimiento y de irse la tarde por la ventana de la clase.

El reto era grande: teníamos que cantar en alemán y en latín. Teníamos doce o trece años y las hormonas frescas como lechugas, y en frente al Goico, que se quitaba la sotana con fuerza volcánica y en mangas de camisa nos gritaba: «¡Silencio a la una, silencio a las dos, silencio a las tres!». Pero el silencio no se producía a las tres. En ese momento, cabreado él, nos pidió una regla y yo, que estaba en la primera fila de pupitres, le ofrecí, inocente de mí, la regla de 60 centímetros nuevecita que había llevado ese día a clase.

La hizo trizas contra el pupitre. Se hizo el silencio y los centímetros rotos yacieron el resto del ensayo entre mis pies.

El sistema de aprendizaje no parece hoy muy ortodoxo, sin embargo ayer era lo corriente.

Pasaban las tardes y nuestro alemán y nuestro latín cada vez sonaban mejor, eso sí, ni idea de lo que cantábamos.

También aprendimos a no llevar reglas a los ensayos.

La bomba fétida

En uno de esos ensayos, Lafuente, de voz primera, tuvo la ocurrencia de tirar una bomba fétida. Curioso, el Goico la olió y el resto de Pamplona también. Los cánticos se detuvieron y comenzó la investigación. «¿Quién ha tirado esa bomba?», preguntó el padre. Silencio absoluto y hediondo. Tras unos minutos en los que el aire se cortaba, sin que apareciese el terrorista fétido, el Goico se sentó en una silla. Nos llamó uno a uno y nos dio sendas hostias como panes. Fin del ensayo por hoy.

Pero no todo era tan doloroso. Las voces sonaban mejor cada tarde y el alemán parecía nuestra segunda lengua, tras el latín.

Viajamos en autobús a Granada. Las casetes de chistes surcaron las carreteras de media España. Tras varios días de ensayos, yo y los otros quinientos ochenta y un intérpretes, estrenamos La Octava Sinfonía de Gustav Mahler.

Éxito arrollador. Felicitaciones al padre Goicoechea por su escolanía. Fotografía de todos los intérpretes a doble página central de la revista Blanco y Negro. Me busqué con una lupa y ni por esas.

De regreso a casa, escuchamos la grabación que el Goico había hecho con un radiocasete. Él estaba emocionado. Nosotros también.

30Ene

Zapatos Gorila

En Para leer por Pepógrafo / 30/01/2023 / 2 Comentarios
nuncio de calzados gorila que se veia en mi colegio
Mi madre, inventora de la economía circular, del reciclado y de la cocina de aprovechamiento, le dio un cosido a la puntera

De mi paso por el colegio de Primaria, todavía recuerdo algunos nombres y algunas historias. Los Azagra, Aizpún, Goyena, Álvarez, Lascoity , Fuentes, Morán… eran como yo: niños de siete u ocho años pertenecientes a notables familias navarras. Alumnos de Las Misioneras del Sagrado Corazón, justo detrás de Cristo Rey y cerquita del Tenis.

Eran como yo en lo de siete u ocho años. En los demás nada. Ni mi familia era notable, salvo por las roscas de vino que hacía mi madre, ni era navarra.

Otra diferencia que me separaba de mis compañeros era mi extraordinaria capacidad para no hacer nada. Mientras la clase atendía con fervor misionero las explicaciones de la madre Anunciación sobre las reglas de urbanidad, por ejemplo; a mí me distraía el vuelo de una mosca, sobre todo cuando había, y si no había mosca, la imaginaba. Todo con tal de no pegar sello.

mi hermano y yo. El pequeño soy yo
El del cuerno, en la boca, soy yo. El de los zapatos Gorila es mi hermano y los tenía nuevos

Incomprensiblemente para mí, fui castigado por la madre Landín con el débil argumento que yo había tardado una semana en escribir del uno al cien. No sé por qué hay que poner límite de tiempo a esas cosas, teniendo en cuenta que no me dijeron cuándo debía terminar la tarea.

Fin de Curso

En fin, llegó el fin de curso. La madre Anunciación nos dijo: «Mañana, a la hora del recreo, todos en la puerta. Vendrá Turgel». El fotógrafo de la calle Olite nos haría una foto de toda la clase para recuerdo imperecedero de aquel curso.

Con mi cabeza dispersa en cualquier cosa, no presté atención a la convocatoria; y cuando llegó el momento de la foto, los Azagra, Aizpún, Goyena, Álvarez, Lascoity, Fuentes, Morán y todos los demás se presentaron de punta en blanco, y yo allí con mis gorilas de lona.

Aquellas botas Gorila traían una pelotita de regalo. ¡Eso era marketing!. Las mías se habían ido deteriorando y a pesar que mis pies crecían, las botas no. Resultado: un agujero en la puntera, respiradero para el dedo gordo.

Mi madre, inventora de la economía circular, del reciclado y de la cocina de aprovechamiento, le dio un cosido a la puntera. A mí, aquel zurcido me llevaba por la calle de la amargura. El tiempo que estaba de pie lo pasaba con unas posturas, entra bailarín del Bolshói y niño a punto de orinarse encima. Con el pie derecho me pisaba la puntera cosida del izquierdo y así tapaba la vergüenza.

El maldito día de la foto de grupo parecía que todos mis compañeros habían vaciado la calle Zapatería. Todo eran botas brillantes y zapatos nuevos; a su lado, y en primera fila, mis gorilas remendadas gritando al mundo: ¡Hidalgo lleva la bota zurcida!

En la foto final, de entre los 40 niños hay uno con un pie pisando el otro, como si se estuviera orinando: Hidalgo, el de las botas Gorila.

30Ene

Oporto

En Vídeos por Pepógrafo / 30/01/2023 / No hay comentarios
Una tarde de enero en Oporto
29Ene

El silencio de mi padre

En Para leer por Pepógrafo / 29/01/2023 / 7 Comentarios
foto de mi padre vestido de guapo
Mi padre se llamaba Eduardo.

Mi padre era carpintero, como San José. De San José no se conoce ningún mueble digno de mención, ni siquiera consta que fuera hábil con el torno o maestro con la gubia. De mi padre, sin embargo, quedan muestras de sus trabajos en muchos lugares. Piezas únicas; como un reloj de madera, que funciona, y del que dejo la prueba gráfica aquí.

Reloj de madera principios siglo XX. Obra Eduardo Hidalgo Marcos, museo de mi casa

Era un hombre de pocas palabras en casa y muchas fuera de ella. Sería por la censura de su señora esposa, mi madre, digo yo.

Aquel hombre que puedo ser Carlos Gardel, por su voz profunda; Clark Gable, por sus orejas; Rodolfo Valentino, por sus patillas o el mismísimo Dalí por su ojos grises, decidió renunciar a todo eso, se hizo carpintero y se casó con mi madre, pero eso es para otro post.

De san José no se conoce palabra y de mi padre tampoco muchas. Algún no a mis peticiones de «papa me dejas el coche» o algún toma hijo, mientras me daba un silbato de hojalata, su forma de no tener que mostrarme su cariño con palabras.

Alguna vez me pregunté cuál sería la razón de sus silencios y creo que la encontré en una fotografía dedicada que le propinó su novia, luego su mujer, y luego mi madre, allá por los años 30.

La secuencia es la siguiente: él le manda a su novia una foto con elegancia y sombrero en la que escribe: «A mi único amor con todo cariño, tu Edu«. Y ella, su futura esposa, le contesta con otra fotografía en la que mira al infinito y le dedica: «Con cariño desinteresado de tu Elita«.

Normal. Si alguien dice que te profesa un cariño desinteresado, es como para quedarse frío y mudo. Supongo que hace falta más de una vida para entender eso; y entiendo que pensar en ello todos los días, acabase con las ganas de hablar de cualquiera.

No sé si mi conclusión es real porque, naturalmente, mi padre nunca me lo contó.

el cariño desinteresado
26Ene

Hare Krishna en Viena

En Vídeos por Pepógrafo / 26/01/2023 / No hay comentarios

Paseando por los alrededores de la catedral de San Esteban de Viena, de golpe, te encuentras con el espíritu de George Harrison envuelto en túnicas azafrán. Los Hare Krishna y su mensaje motivador.

La Catedral de Viena, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Con una historia que se remonta a más de 800 años,es un símbolo de la ciudad y uno de los principales atractivos turísticos de Austria.

Está ubicada en el corazón del centro histórico de Viena, es un impresionante ejemplo de arquitectura gótica, con su característica aguja y su fachada decorada con estatuas y motivos religiosos. La catedral cuenta con una impresionante colección de arte y tesoro sagrado, incluyendo objetos de oro y plata, joyas.

En el interior los visitantes pueden admirar las hermosas vidrieras, la capilla de San Pedro y el altar mayor, que cuenta con una serie de esculturas doradas. Además, es famosa por su órgano, uno de los más grandes de Europa, que se utiliza en las misas y en los conciertos.

Ha sufrido numerosas renovaciones a lo largo de los siglos, incluyendo la reconstrucción de la torre sur después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, es un monumento impresionante que atrae a visitantes de todo el mundo y es un lugar de culto para la comunidad católica de Viena.

26Ene

Cuando calienta el sol

En Vídeos por Pepógrafo / 26/01/2023 / 1 comentario

Dicen los sabios que el fuego y el mar relajan más que un Lexatin. De lo primero doy fe, tan relajado estaba viendo la lumbre que casi arden mis calcetines 😹😹😹

12Ene

La galería de trofeos más pobre del mundo

En Para leer por Pepógrafo / 12/01/2023 / 2 Comentarios

El otro día, es un decir, me dieron un premio de fotografía, es un decir; y no por la categorías de los organizadores del certamen, ni por los insignes premiados merecedores, sin duda, de los más verdes laureles, sino por lo conseguido por Pepografo, o sea yo. Me concedieron un premio de finalista, eternamente agradecido. A los premiados nos dieron diplomas, aplausos, felicitaciones, pincho de tortilla, tablas de embutidos y cerveza y vino a cascoporro.

Ahora que lo puedo difundir entre los millones de usuarios de mi web, agradezco a los organizadores del XIV de Certamen Fotografía Digital de Renfe Cercanías la creación de la galería de trofeos más pobre del mundo, la mía. Y, ahora, mirad mi foto premiada.

10Ene

¡Tatachín!, os presento la web

Para: El universo mundo

De: Pepografo, en el mundo Julio Hidalgo

Asunto: Presentación invento web Lo que captura la mirada

Señorita: aunque con pocas esperanzas de éxito, dada mi edad y condiciones, la gracia y gentileza de usted me han cautivado hasta el punto de que, saltando por todos los obstáculos morales que hasta hoy me han detenido, me atrevo a dirigirme a usted pintándola, aunque con lívidos colores, el fuego de esta pasión, algo tardía, es cierto, pero no exenta de firmeza y de lealtad, unidas a una decisión  inquebrantable de hacerla mi esposa.

Tras largas vacilaciones y dudas, tras largos temores e incertidumbres, hoy llego a usted con la firme pretensión de hacerla mi esposa, pues de todas las mujeres que he conocido, ninguna me ha parecido tan digna de ocupar el puesto de la que fue compañera de mi vida y Dios fue servido en arrebatarme.

Esta circunstancia será para usted una garantía, sino de vehemente y apasionada felicidad, por lo menos de seriedad, pues, dadas mis condiciones, no me está permitido perder el tiempo en insulsos galanteos.

Quede, pues, firme el jalón de lo que pueda ser para los dos el comienzo de una vida tranquila y sin desvelos, y esperando su respuesta en sentido afirmativo, le ofrece la expresión de su admiración respetuosa.

Pepografo

PD: Con esta carta de amor presento mi web de fotos y textos, si os gusta será la leche.

(Texto transcrito de Cartas amorosas de Francisco Nogales)

Lo Que Captura La Mirada background image